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Más de la mitad de los pastores evangélicos se oponen a las apuestas deportivas, considerándolas «moralmente incorrectas»
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Mientras los fanáticos del fútbol anticipan febrilmente el Super Bowl, fuera del campo se desarrolla un tipo de juego diferente: un choque de titanes entre los defensores de las apuestas deportivas y la decidida oposición de muchos pastores. Un estudio reciente de Lifeway Research arroja luz sobre esta marcada división y revela que la mayoría de los pastores evangélicos en todo Estados Unidos ven esta práctica como "moralmente incorrecta". "La mayoría de los pastores ven riesgos morales en las apuestas deportivas y creen que la sociedad estadounidense estaría mejor sin ellas", se lee en el estudio. Sólo el 13% de los pastores apoya la legalización de las apuestas deportivas a nivel nacional, mientras que un asombroso 55% la considera moralmente reprobable. Profundizando más, encontramos preocupaciones éticas y religiosas en el centro de su postura. Los pastores citan el énfasis de las Escrituras en la mayordomía responsable y los peligros de la adicción como motivadores clave para su inquebrantable desaprobación. “Aunque la Biblia no dice explícitamente 'no jugarás', los principios bíblicos relacionados con el trabajo y la riqueza indican que apostar es imprudente. La Biblia enseña que el pecado tiene un efecto dominó que daña no sólo al participante sino también a quienes lo rodean. Esto parece particularmente cierto en el caso de conductas adictivas, y el juego no es diferente”, dijo Miles Mullin, vicepresidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa. Sin embargo, el panorama no es del todo homogéneo. Surgen diferencias denominacionales: los pastores evangélicos (62%) muestran una oposición más fuerte al juego en comparación con sus homólogos tradicionales (50%). Los pastores bautistas (65%) y no denominacionales (63%) son más propensos que aquellos de las iglesias luteranas (42%) o presbiterianas/reformadas (46%) a estar de acuerdo en que esto está mal. Además, el estudio revela matices generacionales y raciales, ya que los pastores más jóvenes (20%) y negros (63%) muestran un poco más de apertura a la legalización en comparación con sus pastores blancos y mayores (76%). Curiosamente, las variaciones regionales también entran en juego: los pastores del Sur (78%) y el Medio Oeste (75%) demuestran una mayor resistencia a los esfuerzos de legalización en comparación con los del Oeste. Pero la historia va más allá de meras estadísticas. Figuras destacadas como el pastor Mark Creech hacen sonar la alarma, denunciando el engañoso atractivo del juego. En su opinión, se disfraza de una forma de idolatría, reemplazando la confianza en Dios con una búsqueda incesante de riqueza. “¿Qué clase de religión toma más de sus seguidores de lo que da? – una religión falsa – una religión diabólica – una fe equivocada. No te dejes engañar. El juego sirve como un maligno sustituto de la religión verdadera”, advirtió Creech. El Dr. Richard Land, ex presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur, destacó los efectos adversos del juego en una columna de 2022 para CP. Señaló que el juego conduce a problemas como la adicción y contribuye a problemas sociales como el divorcio, el alcoholismo y las dificultades financieras. Según Land, el juego viola los mandamientos bíblicos al fomentar la codicia y la idolatría. Además, argumentó que socava el papel bíblico del gobierno, que debería promover el bien y castigar el mal en lugar de beneficiarse del juego. Land enfatizó que la corrupción provocada por el juego impregna todos los aspectos de la sociedad. Compartió un incidente específico que involucró a una Iglesia Bautista del Sur que estableció una lotería a nivel estatal, lo que llevó a una situación divisiva en la que el pastor renunció después de que la iglesia aceptó dinero de un diácono que ganó la lotería. Land advirtió contra continuar por este camino, sugiriendo que hacer tratos con el "diablo del juego" podría tener consecuencias lamentables tanto para las iglesias como para los gobiernos. La creciente oposición de los líderes religiosos tiene el potencial de moldear el discurso público e incluso influir en las decisiones políticas. Sin embargo, el futuro sigue siendo incierto. Con las apuestas deportivas ya legalizadas en muchos estados y preparadas para una mayor expansión, la tensión entre los intereses económicos y las preocupaciones morales parece destinada a continuar su ascenso latente. fuente https://www.christianitydaily.com/news/evangelical-pastors-oppose-sports-betting.html  

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