Después de diez años, otra niña más de las 275 estudiantes secuestradas en Chibok ha sido liberada. El domingo, cuando se cumplía el décimo aniversario del secuestro de las niñas de Chibok, el ejército nigeriano rescató a Lydia Simon y a los tres hijos que tuvo en cautiverio. Según la agencia de noticias BBC, la joven está embarazada de cinco meses.
El ejército no compartió detalles del rescate de Lydia. Los militares sólo informaron de que la encontraron en la comunidad de Ngoshe. Los padres de las niñas que siguen desaparecidas participaron de un culto especial el pasado domingo 14 de abril con socios locales de Puertas Abiertas. Compartieron que aunque las jóvenes vengan con hijos o estén embarazadas de militantes de Boko Haram e ISWAP, ellos las recibirán y no les importan los estigmas que la comunidad pueda poner sobre ellas.
Muchas víctimas de abusos sexuales son vistas como impuras, contaminadas por los militantes que las secuestran, al igual que los hijos de estos abusos. Por eso el apoyo y el amor incondicional de los padres es esencial para que las víctimas puedan rehacer su vida cuando regresen.
Diez años de espera
“Mi esperanza y mi oración es que Dios no deje de traer de regreso a nuestras hijas. Aunque ahora tengan hijos, no importa en qué condiciones estén, queremos que vuelvan", afirma Yana Gana, madre de Rifkatu, una joven secuestrada que sigue desaparecida.
Isia Malam, padre de otra niña desaparecida, afirma: “Quiero que el mundo sepa que el gobierno debe ayudar a encontrar a estas jóvenes dondequiera que estén. Ruego que, igual que han rescatado a otras niñas, liberen a las nuestras para que podamos ser felices y olvidar nuestro sufrimiento”.
Aún no está claro qué ocurrirá con Lydia y sus hijas ahora que ya no está en manos de Boko Haram/ISWAP. Recientemente, el portal de noticias Reuters informó de que algunas niñas de Chibok viven en un campamento donde militantes de Boko Haram se casaron con algunas de ellas. Tres supervivientes afirmaron haber sido testigos de cinco casos en los que las víctimas fueron llevadas a los campamentos y obligadas a casarse con militantes.
Los padres de las niñas de Chibok anhelan el regreso de sus hijas y nietos y no creen que sus hijas se hayan convertido al Islam.
La noticia de Lydia Simon es motivo de gran gratitud y un testimonio de la importancia de orar por las víctimas de secuestro en Nigeria. “La oración es nuestra única solución. Si no fuera por la intercesión, no sabríamos qué hacer. Confiamos en que Dios, que liberó a algunas de ellas, las liberará a todas", afirma Hanatu Dauda, madre de una de las niñas secuestradas.
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