Manu Ureste cuenta las historias detrás de las cifras récord de migrantes que cruzan Centro América y México.
Una niña guatemalteca que huyó de un padre maltratador y a la que las autoridades migratorias separaron de su madre. Un joven con los dos brazos amputados porque no había pagado la cuota a las pandillas. Adolescentes hondureños deportados que regresan al infierno de las maras. Su relato está constantemente salpicado por ejemplos de las decenas de personas a los que entrevistó para la investigación Niñez Migrante. Promesas de papel, publicada en Animal Político.
Ese reportaje le valió el Premio Breach/Valdez de Periodismo y Derechos Humanos 2023 en la categoría de derechos de la niñez y adolescencia que otorga la ONU en México* La investigación deja al descubierto las deficiencias y carencias de la reforma de la Ley de Migración, que, en el papel, ponía al país a la vanguardia en la protección de los derechos de los niños migrantes.
Ureste, nacido en 1982 en Murcia, España, llegó hace 15 años a México, un país donde han sido asesinados más de 150 periodistas desde el año 2000. Entre sus muchas investigaciones destaca La Estafa Maestra, un reportaje sobre el uso de empresas fantasmas para desviar miles de millones de pesos de dinero público, que le valió el Premio Ortega y Gasset 2018 otorgado por el diario El País.
Noticias ONU: Uno de los aspectos clave de la reforma migratoria fue que los niños debían ser entrevistados por las Procuradurías de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, y no por las autoridades migratorias. En el reportaje “Niñez Migrante. Promesas de papel”, revelaron que, entre 2021 y 2022, estas procuradurías analizaron solo un 19% de los casos de los niños detenidos. Desde entonces, ¿cómo ha evolucionado la situación?
Manu Ureste: Actualmente, no hay una base de datos en México que diga cuántos niños pasaron por este nuevo sistema de protección. Una parte fundamental de la investigación fue documentar precisamente eso. Tuvimos que hacer muchísimas solicitudes de transparencia, de información, a todas las procuradurías de todos los estados de México. Son 32 entidades federativas. Entonces actualmente no sabría decirte cuántos están pasando. Lo que sí te puedo decir es que la situación no ha mejorado desde entonces.
Esta investigación fue entre 2021 y 2022, pero estamos viendo que, sobre todo el año pasado y lo que va de éste, está llegando un gran flujo de personas migrantes, especialmente ahora de Venezuela, acompañados de sus niños. He visto casos increíbles de una familia con siete niños migrando, intentando subir como sea al tren para poder llegar hasta Estados Unidos.
El sistema de protección mexicano de la niñez migrante en el papel es súper vanguardista, es uno de los sistemas más avanzados que hay en el mundo, más garantistas. El problema, como siempre, es la aplicación en el terreno. Y el problema también es que la política migratoria de México no está enfocada a atender a estas personas migrantes, sino a detener y deportar.
La Procuraduría de la Niñez debe recibir a un niño y hacerle un análisis pormenorizado de cuáles son las necesidades y cuál es el interés superior de ese niño. Si el interés superior del niño es reunirse con su familia, México debería reunirlos en Estados Unidos o aquí. Pero lo que vemos es que, la mayor parte de las veces, México decide que lo mejor para ese niño es deportarlo de vuelta a su país de origen, aun cuando implica devolverlos a países de donde salieron huyendo porque eran hostigados por las pandillas.
Noticias ONU: ¿Los niños deportados suelen viajar solos o con sus familias?
Manu Ureste: He visto en el terreno de todo. De hecho, en la investigación que publicamos hay testimonios realmente muy graves, muy preocupantes. Me acuerdo perfecto del caso de una niña guatemalteca de 12 o 13 años que salió huyendo con su familia porque el padre las violentaba a la madre y a ella. En el camino son detenidas y separadas, lo cual ya es violatorio de derechos humanos de esa niña. La hija al final acaba detenida en una estación migratoria, lo cual ya está prohibido por ley en México. Y en esa situación la niña refiere que recibían visitas nocturnas de policías, de agentes de migración que les hacían todo tipo de propuestas gravísimas. Son niños que fueron víctimas en sus países de origen y que son víctimas en su tránsito por México.
Hay adolescentes que van solos, que los detienen, igual los deportan o si los detienen en el norte los mandan directamente a la frontera sur mexicana como vuelta a la casilla de salida. Dejan a estos menores totalmente a merced del crimen organizado, que es un gravísimo problema que hay en México. Es una situación totalmente de desprotección.
Hay adolescentes que van solos, que los detienen, igual los deportan o si los detienen en el norte los mandan directamente a la frontera sur mexicana como vuelta a la casilla de salida. Dejan a estos menores totalmente a merced del crimen organizado, que es un gravísimo problema que hay en México. Es una situación totalmente de desprotección.
Noticias ONU: Fueron a Honduras a conocer a niños deportados. ¿Qué les acaba pasando a estos niños?
Manu Ureste: Fuimos a Tegucigalpa, donde pudimos trabajar con una asociación civil de allá que se llama Casa Alianza. Con esta organización fuimos a muchas de las colonias. Entrar a esas colonias es algo increíblemente difícil porque están totalmente dominadas por las pandillas, por Barrio 18, por la mara Salvatrucha 13.
Allí hablamos con menores que habían migrado a México y que habían sido detenidos, que no habían pasado por este nuevo sistema de protección y que habían sido deportados. Y lo que vimos son jóvenes aterrados, jóvenes que nos decían regresé igual que me fui, clandestinamente.
Tuve que regresar a mi país clandestinamente, porque yo no pedí “permiso”, a la pandilla de la colonia para irme. No pagué “el impuesto” para irme. Entonces, si me ven, pues estoy amenazado de muerte o me van a reclutar a la fuerza como intentaron en su día y por eso hui del país.
A la mayoría de las jóvenes con los que hablamos yo les pregunté por qué huyeron de Honduras. ¿Por un tema económico? (Me decían) No, no, es que a mí me querían reclutar a la fuerza o yo estaba la fuerza, la pandilla y me pedían que cometiera diversos crímenes y al no querer no me quedó otra solución más que huir con lo puesto.
Noticias ONU: Cifras que acaban de publicarse muestran que hay un récord de solicitudes de asilo en México (140.000 en 2023), que ya no es solo un país de tránsito, sino también de destino. ¿Cómo lo percibe la sociedad mexicana?
Manu Ureste: Se está viendo un flujo nunca visto de personas migrantes en su tránsito por México hacia Estados Unidos. En México, es muy común ver migración centroamericana, sobre todo en el sur, pero esta nueva migración venezolana, es distinta en el sentido de que son personas muchas de ellas cualificadas profesionalmente que exigen sus derechos. El migrante centroamericano es mucho más silencioso en ese sentido.
En Ciudad de México, la central de autobuses se ve llena de personas venezolanas intentando tomar un viaje hacia la frontera norte. En la Alcaldía Cuauhtémoc, que es una de las principales alcaldías de la Ciudad de México, pusieron un albergue para estas personas, pero eso generó también muchos problemas con los vecinos de la zona. Era un albergue donde la gente solo podía pasar la noche y durante el día estaban en la calle. No digo que haya un problema de xenofobia generalizada en México, pero obviamente pues siempre hay ese tipo de cuestión donde hay población migrante.
En la frontera sur llegan caravanas con cientos de miles de personas a municipios muy pequeños, donde no hay las condiciones, la infraestructura para atenderlas. En ciudades de la frontera norte también a veces llegan miles de personas y no hay recursos para atenderlas.
Es una situación compleja para la población migrante, pero también para la ciudad, que no está habituada a este tipo de migración.
Noticias ONU: ¿Estas personas quieren realmente quedarse en México o lo ven como una estancia temporal?
Manu Ureste: El sistema de refugio mexicano pasó de hace cinco años de recibir 5000 solicitudes en un año, ahora recibe más de 100.000. Es un sistema súper saturado.
Creo que ahora si empieza a haber más este interés de las personas extranjeras que llegan a México, que empiezan a ver en México como un posible lugar de estancia. Quizás no era su idea original, pero obviamente también al ver lo difícil que se ha puesto llegar a la frontera norte y cruzar a Estados Unidos, empiezan a ver en México como una opción.
En la Ciudad de México también se empieza a ver muy claramente incluso con la población venezolana, ya hay familias asentadas. La población centroamericana a veces dice ‘bueno, yo lo que quiero es salvar la vida, y si aquí me dan un refugio y estoy lejos de las pandillas, quizás es una opción para mí quedarme aquí’.
Noticias ONU: A Estados Unidos sigue llegando un número récord de migrantes. El presidente Joe Biden pidió ayuda al Gobierno de México para que los frene. ¿Qué consecuencias tiene esto para la gente?
Manu Ureste: La política de migración mexicana depende muchísimo de la política en turno del gobierno de Estados Unidos. El gobierno de Donald Trump advirtió que, si no detenía a la población migrante en la frontera sur de México para que no llegaran a Estados Unidos, iba a imponer aranceles, impuestos a los productos mexicanos. Inmediatamente el gobierno de México mandó miles de elementos de la Guardia Nacional que son básicamente militares a la frontera sur a detener y deportar migrantes.
Esto evidentemente tiene un impacto en la vida real de las personas. Basta con ir un albergue de migrantes en Tenosique, en Tabasco, en la frontera sur de México con Guatemala, donde además está el tema del crimen organizado.
En la puerta del albergue me decían varios adolescentes centroamericanos que no podían salir. Yo les preguntaba por qué. Y decían, ‘mira es que esa persona que está ahí y aquella otra son del Cártel Jalisco Nueva Generación y me están pidiendo 3000 dólares para poder continuar con mi camino. O si no, entonces es mejor que no salga o que me auto deporte’.
Es una situación muy compleja, la que se vive en la frontera sur de México y yo diría ya en todo el país. Antes estaba muy focalizado en la frontera sur, pero ahora las personas migrantes son objeto de una cacería institucional, una cacería del gobierno de México y una cacería del crimen organizado en todo el territorio mexicano.
Noticias ONU: ¿Ha mejorado en los años del gobierno de Joe Biden?
Manu Ureste: No. Yo no he visto un cambio sustancial. Corren muchos rumores de que se va a abrir la frontera, de que Biden va a dejar pasar a los migrantes y la gente, con la desesperación que tienen, salen en masa de estos países.
El gobierno de México, en colaboración con el gobierno de Estados Unidos, ha intentado aplicar políticas de ayudas económicas, programas sociales. Por ejemplo, en México hay un programa ‘Jóvenes construyendo el futuro’ que se está intentando replicar en Centroamérica, para que, se atiendan las raíces del problema y los jóvenes no quieran salir de sus países de origen.
En mi opinión, no están tomando en cuenta que no solamente es una cuestión económica, sino es una cuestión de seguridad, de salvar la vida y frente a eso no hay ningún programa social que pueda solucionar ese problema.
Noticias ONU: ¿Qué papel juegan agencias como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y UNICEF en toda esta situación tan compleja?
Manu Ureste: Tienen un papel muy importante. El titular de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) lo dijo abiertamente: si no fuera por el ACNUR, el sistema de refugio mexicano colapsaría. Y sí, lo ves, cuando vas a la frontera sur y hablas con la gente, pues la mayoría te mencionan que ACNUR o UNICEF les dieron esto o lo otro.
Eso está muy bien, pero creo que, en un Estado, un gobierno tan grande, de un país tan enorme e importante y con tantos recursos como el mexicano, también habla de cuál es el interés que tiene en la política migratoria y de refugio. O sea, le dejas un gran peso a una agencia internacional, cuando eso es algo que tú deberías de estar haciendo.
También se ve en los presupuestos. El gobierno mexicano invierte más de 1800 millones de pesos (unos 106 millones de dólares estadounidenses) en el Instituto Nacional de Migración que se encarga de deportar y le da 40 millones de pesos (2,3 millones de dólares) a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados. Ahí estás viendo cuáles son las prioridades del Estado mexicano. Ves que hay miles, cientos de miles de soldados de la Guardia Nacional, del Ejército y la Marina destinados a detener y deportar migrantes. Y ves que ahí un equipo de 100 personas en COMAR más todo lo que aporta el ACNUR.
Noticias ONU: México es uno de los países más peligrosos para los periodistas. ¿Qué le ha supuesto el premio Breach/Valdez de Periodismo y Derechos Humanos?
Manu Ureste: México no sé si será el país más violento del mundo para la prensa, pero sí debe de estar entre los cinco primeros, seguro. Es un país donde ejercer la profesión periodística, le ha costado la vida a más de 150 periodistas desde el 2000. Estamos viviendo un sexenio también particularmente violento para la prensa mexicana. El premio es un orgullo para todo el equipo de Animal Político que participó en esta investigación, pues nos ayuda a visibilizar la problemática de la niñez migrante, y es un respaldo a la prensa que tiene el objetivo de ser independiente, seria y plural.
Hacer periodismo independiente en México es mucho más difícil. El gobierno da una serie de recursos a medios afines ideológicamente, pero a los medios críticos los asfixia económicamente, lo cual no debería de ser así porque es el dinero de todos los mexicanos. Pero esto ha pasado en el pasado, en gobiernos pasados, y se sigue aplicando en el gobierno actual a pesar de que se prometió cambiar ese modo de financiamiento. Entonces recibir un premio de esta categoría, además auspiciado por Naciones Unidas, por UNICEF, pues además de ser un orgullo, es un respaldo muy importante a la prensa independiente de México.
Noticias ONU: ¿La visibilidad les da protección?
Manu Ureste: Protección en México es algo que, por desgracia, es muy relativo. También tengo que decir muy claramente que no es lo mismo hacer periodismo en la Ciudad de México, o en un medio basado en Ciudad de México, un medio nacional, que hacer periodismo en los estados donde hay muchos medios en condiciones precarias, muchos periodistas trabajando en condiciones precarias, de todo tipo, económicas, de materiales, pero también de seguridad. Me quiero acordar, por ejemplo, de Veracruz, un estado que conozco bien, donde también trabajé un par de años en un diario.
Acabo de ir a Guerrero a otro reportaje y veo las condiciones en las que trabajan los compañeros que son amenazados por el crimen organizado. Si trabajas en un medio estatal tienes un mucho mayor porcentaje de riesgo que si trabajas en un medio nacional. Creo que hay que voltear mucho a mirar este trabajo que hacen los periodistas en los estados, porque son los que están en mayor vulnerabilidad.
La ONU otorga el premio Breach Valdez junto a la Embajada de Francia en México, la Embajada de Suiza en México, la Delegación de la Unión Europea en México, la AFP, RSF y la Universidad Iberoamericana.
FUENTE https://news.un.org/es/interview/2024/05/1529491