Aunque innumerables mártires han pagado el precio más alto durante los 13 años de conflicto en Siria, también ha sido un momento de avivamiento para muchos cristianos sirios, incluido un joven llamado George.
George, que vive en el noreste de Siria, nació en una familia cristiana comprometida y aprendió sobre la fe cristiana a una edad temprana.
Después de mudarse al oeste de Siria para estudiar medicina, George se alejó de su familia y de Dios. Casi se volvió ateo.
En 2014, cuando iba a visitar a su familia en el noreste, militantes de Jabhat al-Nusra detuvieron su autobús y secuestraron a todos los que se identificaron como cristianos en él. George intentó negar que era cristiano, pero un militante encontró su identificación y sus papeles que revelaban que era cristiano y el grupo lo secuestró.
Fue entonces cuando comenzó el viaje de tormento de George. En nombre de su Dios y de su servicio, los extremistas islámicos lo torturaron, lo humillaron y lo condenaron a arduos trabajos hasta que decidieron la fecha en que lo ejecutarían.
Pasaron los días mientras su familia se angustiaba cada vez más. El sufrimiento y el destino desconocido de George pesaban mucho sobre su familia.
Un día, los militantes ordenaron a George que cavara su propia tumba con sus manos. Le pidieron que se arrodillara al borde de la tumba. Permaneció allí durante unas horas, sentado en medio del miedo. Entonces, los militantes le dieron dos opciones: morir por su Dios o negar a Jesús, recitar la Shahada islámica y convertirse al Islam. Cualquiera de los resultados habría sido una victoria para los extremistas. Matarían a un infiel o convertirían a un cristiano al Islam.
Debido a su miedo, George declaró su Shahada delante de ellos y fingió que se había convertido en musulmán. Posteriormente, el grupo armado le dijo que tenía que decir la Shahada delante del jeque y concluir la ceremonia de conversión al Islam. Justo antes de que esto sucediera, ocurrió un milagro. El ejército sirio atacó el campamento del militante donde estaba retenido George y, en el caos de la batalla, pudo escapar.
Por primera vez en mucho tiempo, George sintió la presencia de Dios en su vida y se llenó de gratitud hacia Jesús. George sabía que Cristo lo salvó de los terroristas, a pesar de que negó a Jesús frente a los terroristas. Se preguntaba por qué Dios intervendría y lo salvaría de las profundidades de la muerte a una nueva vida.
George sintió un nuevo y claro sentido de propósito para su vida. Profundizó su relación con Cristo, sirvió más en su iglesia y compartió su historia de salvación con todos los que pudo para que pudieran ver cuán maravilloso era su Dios.
Aunque George sobrevivió, el trauma que tuvo que soportar permanece con él. International Christian Concern (ICC) acompaña a cristianos en Siria como George para apoyarlos y alentarlos en su fe mientras continúan con la persecución y el sufrimiento en Siria.
fuente https://www.persecution.org/2024/05/25/from-despair-to-hope-a-journey-of-faith-amid-persecution-in-syria/