Mi marido odia cuando le cuento la historia de cómo nos conocimos.
“No estaba en mi mejor momento”, dice siempre.
Y tiene razón. No estaba. El hombre que puede hacerme sentir mariposas con una sola mirada me causó una primera impresión horrible al decir mis seis palabras menos favoritas:
“¿Es usted la hija de Voddie Baucham?”
Phillip preguntaba por una razón legítima: estaba buscando a mi padre durante una reunión. Pero en ese momento lo descarté como simplemente otro fanboy que sólo me vería como un subproducto del conocido ministerio de mi padre, nunca como una persona por derecho propio.
Sucede a menudo.
Solo llámame hija de Voddie
Cuando comencé a escribir blogs nuevamente, mi audiencia principal eran personas que habían seguido el ministerio de mi padre y estaban ansiosas por ver los frutos de su trabajo.
Lo cual tiene sentido, porque gran parte del ministerio de mi padre se centraba en cultivar una familia piadosa. Uno de sus libros se titula “Lo que debe ser si quiere casarse con mi hija ” . (Mi esposo nunca se cansa de estos chistes, muchachos; pueden burlarse de él la próxima vez que lo vean)
En la mente de mis lectores, crecí en el ambiente familiar perfecto, pasé por el noviazgo perfecto y ahora estaba teniendo el matrimonio perfecto con el hombre perfectamente piadoso y cuidadosamente elegido de los sueños de mi padre.
La admiración por mi padre es tan intensa que cuando nació mi hijo la gente preguntaba si lo llamarían “Voddie”. No sugirieron honrar a mi marido, el padre del bebé. Querían que le pusiéramos el nombre de mi padre, como una forma de honrarlo. Para esa gente, él no era el hijo de Phillip. Y ni siquiera era mi hijo. Era nieto de Voddie Baucham.
¿Qué dirá tu padre?
Todavía hay mucha gente que no sabe quién es mi padre. Es conocido en una subcultura específica, pero cuando estoy en el centro comercial nadie se me acerca para pedirme un autógrafo.
Pero no necesitas que tus padres sean famosos para saber lo que es crecer a su sombra. Si vienes de una “buena” familia (una familia cristiana estable con dos padres) como yo, puede ser fácil crecer sintiendo que tus creencias no son realmente tuyas, sino de mamá y papá.
Este sentimiento es el por qué muchos de mis amigos cristianos tienen crisis de fe en la adolescencia y en los 20 años. Habían ido a la iglesia toda su vida, pero solo repetían lo que pensaban sus padres. Se preguntan si habían asumido la fe por sí solos.
Yo también pasé por esta experiencia. Y a medida que llego al otro lado y empiezo a tomar control de mi propia fe, esto tiene mucho más que ver con Jasmine Holmes y menos con Jasmine Baucham . Este cambio podría haber ocurrido mientras estaba soltera, pero casarme y dejar el hogar me ayudó a distinguir entre la fe de mis padres y la mía.
Sigo afirmando a Dios como el Creador, a Cristo como el único Salvador de los pecadores y a la Biblia como la Palabra autorizada de Dios. Pero en otros aspectos mi fe adquirió un carácter nuevo. Ya no siento la necesidad de ser madre de mi hijo, comunicarme en mi matrimonio y definir el llamado de mi vida de la misma manera que lo hicieron mis padres en nuestro hogar. Tuve una educación maravillosa, pero mis padres tuvieron la oportunidad de moldear esa educación en base a sus creencias y su propio crecimiento.
Sólo quiero tener la misma oportunidad que ellos tuvieron.
Pero a medida que cambié y comencé a apropiarme públicamente de mis creencias, una multitud de voces se apresuraron a ponerme de nuevo en mi lugar. Hija de Voddie, ¿qué estás haciendo? ¿Qué dirá tu padre?
Creciendo y ampliando horizontes
No me malinterpretes. Amo a mi padre. Como educador en casa, era uno de mis profesores, asesores y confidentes favoritos. Tenemos innumerables recuerdos, chistes propios y temas de conversación muy utilizados. Él es mi mayor apoyo, mi estímulo constante y mi apoyo cuando las tensiones de esta vida comienzan a abrumarme.
Mi padre fue un increíble ejemplo terrenal del amor paternal de Dios por sus hijos (1 Juan 1:3). Él me protegió (2 Tes 3:3), proveyó para mis necesidades (Lucas 12:24), me instruyó pacientemente (Sal 25:12) y dirigió a nuestra familia (Sal 5:8). Por supuesto, hizo todas estas cosas de manera imperfecta (solo Dios es el único Padre perfecto), pero las hizo con amor, dedicación y diligencia.
Pero mi padre sigue siendo un ser humano imperfecto que no es responsable de mi caminar con Cristo. Soy responsable ante Dios de mi propia obediencia.
El Salmo 127 nos dice que los niños son como flechas en manos de un guerrero (Salmo 127:4). Las flechas no sirven de nada para un guerrero si permanecen en su aljaba; están hechos para ser lanzados durante la batalla.
Mucha gente no se da cuenta de que los niños no se ven obligados a permanecer a la sombra de sus padres por el resto de sus vidas. Están destinados a ser liberados de sus hogares a un mundo herido después de haber sido entrenados para llevar las buenas nuevas de Jesucristo.
Toda la enseñanza y formación que mis padres me dedicaron, al final, fue hecha para la gloria de Dios. En última instancia, no soy un testimonio de la fidelidad de Voddie, sino de la de Dios.
Llamado por tu nombre
Mi esposo odia el hecho de que las primeras palabras que me dijo fueron: "¿Eres la hija de Voddie Baucham?"
Pero Phillip ha demostrado miles de veces que me ve como mucho más que eso. Al igual que mi marido, él me permitió gestionar estas tensiones: tener un buen padre que también es imperfecto. Estar increíblemente agradecido por cómo me criaron, pero también honesto acerca de las cosas que quiero hacer de manera diferente. Ser muy parecido a mis padres, pero también ser mi propia persona.
No todos me ofrecen esta gracia, pero el hecho de que Phillip lo haga me recuerda que Dios también lo hace. A los ojos de Dios, y por mucho que amo a mi padre terrenal, no soy “la hija de Voddie”, sino Su hija.
Dios no requiere que lleve una contabilidad de lo que mi padre piensa y cree, ni que describa todas las similitudes, matices y diferencias entre nosotros. En cambio, Dios me llama a conformarme a Su imagen. Y día a día espero parecerme más a Él.
Estoy agradecido por el comienzo que me dieron mis padres. Pero también estoy agradecido de que mi viaje no termine ahí. Gloria a Dios por el crecimiento continuo. Alabado sea Dios por raíces fuertes y ramas cada vez más fuertes que se extienden hacia el Hijo.
Traducido por Thaisa Marques
Jasmine Holmes es esposa, madre y oradora. Ella y su esposo, Phillip, tienen un hijo y son miembros de la Iglesia Redeemer en Jackson, Mississippi. Obtenga más información en jasminelholmes.com . También puedes seguirla en Facebook y Twitter .
FUENTE https://coalizaopeloevangelho.org/article/aprendendo-ser-uma-filha-quando-nao-sou-mais-crianca/