Nuestra creatividad necesita a Jesús. Cuando respondemos egoístamente al “por qué” de la creatividad, nos metemos en problemas. Pero cuando dejamos que Dios responda, nuestra creatividad se coloca en el lugar correcto. Cristo reestructura toda nuestra existencia –incluida nuestra creatividad– cuando afirma con elegante sencillez: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y: Amarás a tu prójimo como a ti mismo ”. (Lucas 10:27)
El mayor mandamiento de Cristo une nuestra creatividad con la fuente de trascendencia que buscamos en cada obra de arte. En resumen, hace de nuestra creatividad un coro de la gloria de Dios y un canto cantado al mundo.
La creatividad y la gloria de Dios
Cristo no se opone a la creatividad, sino que la supera. La creatividad ha sido y siempre será un instrumento de adoración. El Evangelio nos recrea completamente para que cada parte de nosotros, incluida nuestra creatividad, sea de Cristo, por Cristo y para Cristo. El Evangelio sintoniza la creatividad con una nueva melodía, para cantar Su Gracia. Recrea la creatividad para que finalmente pueda hacer aquello para lo que fue creada: traer gloria a Dios para siempre.
Desde este punto de vista, la creatividad es como el kintsugi , el arte japonés que transforma cerámicas rotas en hermosas obras de recreación. La clave de este proceso es una laca especial derivada de polvo de oro, plata o platino que el artista utiliza para pegar las piezas. Esta nueva cerámica contiene la brillante evidencia del pasado de la cerámica y la promesa de su futuro. Las líneas de oro y plata contrastan con los tonos suaves de la cerámica, así como las cicatrices cuentan la historia de nuestras vidas.
Vista desde una perspectiva cristiana, toda creatividad tiene una forma similar al kintsugi. Este arte no se centra realmente en la cerámica en sí, ni en la utilidad recuperada de la pieza; se centra en su restauración. Se centra en las fracturas. Todo lo que ves cuando miras una de estas piezas son hilos de oro y plata que mantienen unida la cerámica que alguna vez estuvo rota. Su belleza reside en la capacidad de la laca de transformar lo roto en algo más bello que el original.
El Evangelio hace lo mismo con nuestras vidas y nuestra creatividad. La laca brillante que mantiene unidas las piezas de cerámica refleja la gloriosa providencia de Dios que mantiene nuestras vidas plenas. Donde estamos quebrantados, el Señor nos restaura por medio de Cristo y nos sella con su Espíritu. Y donde destrozamos nuestra creatividad en millones de pequeños ídolos, Dios restaura todo para aquellos que lo aman.
Para aquellos que son creativos, esto significa que encuentran belleza en los lugares donde Dios los ha sanado y transformado su creatividad. Esto significa que permites que Dios diseñe tu hermosa restauración en cada uno de tus actos creativos. Deja que Aquel que sanó tus fracturas reciba la gloria por tu vida y tu trabajo. Resalta los hilos de oro y plata de la providencia de Dios. Muestre cómo entrelaza su vida y su arte fracturados y los mantiene unidos. Cuando hagamos esto, el mundo verá su gloria, pero no debería importarnos. Nuestros ojos también serán conquistados por esto.
La creatividad y el bien del mundo
La creatividad, como el amor, no es un acto egoísta. Tiene una orientación tanto vertical como horizontal, hacia Dios y hacia nuestro prójimo. Nuestra creatividad alcanza su punto máximo cuando eleva nuestros ojos a la trascendencia y obliga al mundo a luchar con su Creador. Como escribió GK Chesterton : “La trompeta de la imaginación es como la trompeta de la resurrección. Él llama a los muertos a salir de sus tumbas”.
Nuestra creatividad es más grande que nosotros. Existe para Dios y para los demás.
Para las personas creativas, esto significa que amamos a nuestro prójimo de manera práctica y creativa. Nuestras vidas y obras creativas son el vidrio coloreado que el Señor moldea y crea un patrón para que el mundo vea lo que hay al otro lado. Todo lo que tenemos que hacer es entregarle el caleidoscopio a nuestro vecino. Pero tenemos que recordarles que, al igual que con el caleidoscopio, el espectro completo de su creatividad sólo se ve cuando se mira contra la Luz.
Amar al mundo también significa que dejamos que nuestra creatividad fomente la obediencia a Cristo. “Creatividad para la obediencia” parece una contradicción, pero no lo es. La obediencia no es lo opuesto a la libertad. El cautiverio es su opuesto. La obediencia es una elección. El cautiverio no es una elección. El problema de la sumisión no es el acto en sí, sino la persona a quien tenemos que someternos. ¿Tiene esta persona las llaves de nuestra prisión o las llaves de un reino? Este es uno de los mayores logros de nuestra generación: que la libertad es hacer lo que queremos, cuando queremos, y que está libre de disciplina, obediencia y sumisión. Sin embargo, todo lo que valoramos y en lo que basamos nuestras esperanzas requiere de estas virtudes. No encontraremos el amor en el matrimonio sin deferencia hacia el bien de la otra persona. No encontramos alegría en nuestra creatividad sin ser disciplinados en nuestro arte. Y es imposible encontrar sabiduría en este mundo sin obediencia. Tu vida depende literalmente de ello. Por eso nos detenemos en los semáforos en rojo.
Cada vez que huimos de la obediencia, volvemos a la esclavitud. Pero si el Evangelio ilumina nuestra creatividad, entonces nuestra creatividad también atacará esta cosmovisión. Esta es la verdadera libertad y la forma en que nuestra creatividad sirve al mundo en general. Nuestras vidas y nuestro trabajo creativo se convierten en llaves de las puertas de las prisiones de las mentiras y la idolatría del mundo.
La libertad creativa, revivida por el Evangelio, no se centra en hacer lo que queremos, sino en querer hacer aquello para lo que Dios nos creó. Esto significa que tenemos opciones, pero también significa que necesitamos sabiduría, discernimiento y consejo de personas temerosas de Dios (no sólo de personas creativas) para ayudarnos a evaluar nuestros dones y nuestra dirección.
Tal vez tengas el set de regalo para llenar una de las principales galerías de Manhattan con tus pinturas. O podría significar que diseñas portadas de libros, posiblemente portadas de libros cristianos. También puede significar que creará y diseñará tratados evangelísticos que presenten de manera hermosa y clara las buenas nuevas de Jesucristo. Cada uno de estos ejemplos articula el amor de Dios por nuestro prójimo.
Un modelo para tu creatividad
Si somos verdaderamente del Señor, entonces nuestra creatividad necesariamente proclamará su nombre. A veces lo proclamará entre líneas y otras veces en la página inicial.
En última instancia, debemos seguir el ejemplo del Señor. Revela su gloria en actos creativos generales y especiales. Ambos declaran Su gloria y demuestran aspectos de Su naturaleza, pero Él no se limita a un género o modo. Todo lo que Él hace en Su mundo es para Su gloria y nuestro bien. Este es el modelo de nuestra creatividad y debería liberarnos. No todo proyecto creativo tiene que ser un testimonio específico de la gloria de Dios. Algunas pueden ser generales, otras específicas. Por tanto, la regla que debe guiar nuestra creatividad es la siguiente: que todo lo que creamos sea para la gloria de Dios y para el bien del mundo.
Por tanto, canten himnos. Hacer propuestas. Escribir historias. Canta los Salmos. Escribe nuevas canciones. Sondear las complejidades humanas. Pero hazlo de tal manera que tu objetivo principal y urgente sea colocar tu arte al pie del trono de Dios.
Traducido por Pedro Henrique Aquino.
Thomas Terry es el fundador y propietario de Humble Beast, un sello discográfico y ministerio en Portland, Oregon, EE. UU. Como artista de palabra hablada y miembro de “Beautiful Elegy”, busca unir la creatividad y la teología para glorificar al Señor que creó ambas. Thomas vive con su esposa, Heather, y sus dos hijos, Tobin y Kuyper, y sirve como anciano en Trinity Church Portland. Puedes seguirlo en Twitter y sus escritos y música se pueden encontrar en www.humblebeast.com.
FUENTE https://coalizaopeloevangelho.org/article/por-que-sua-criatividade-e-importante-para-cristo/