
El sufrimiento humano es un tema complejo que ha intrigado a filósofos, teólogos y pensadores a lo largo de la historia. Las religiones también buscan ofrecer respuestas satisfactorias sobre la relación entre el sufrimiento y lo divino.
En el contexto bíblico, el sufrimiento se aborda de diferentes maneras. En el Antiguo Testamento, el movimiento sapiencial reflexionó sobre esta cuestión, mientras que en el Nuevo Testamento, los seguidores de Cristo afrontaron teológicamente el problema de la cruz y el martirio.
En Génesis 3:17 encontramos el siguiente pasaje: “…maldita será la tierra por tu causa; …” Esta maldición está relacionada con la desobediencia de la primera pareja, Adán y Eva, quienes optaron por desobedecer a Dios. Como consecuencia, tanto la naturaleza como la raza humana han heredado limitaciones y males que afectan nuestra experiencia de la vida. La Tierra ya no era perfecta como antes y la comunión directa con Dios se rompió. Las enfermedades, los malos sentimientos y la muerte misma son resultados de esta herencia adámica que afecta la naturaleza humana.
El filósofo cristiano CS Lewis afirmó: “Fue el ser humano, y no Dios, quien produjo la tortura, los azotes, las cárceles, la esclavitud, las armas…” (LEWIS, 2015, p. 101). Explicó que Dios, en su bondad, no planeó el sufrimiento de la humanidad. Al contrario, Dios siempre ha deseado el bien para la humanidad. Sin embargo, los humanos optaron por desobedecer y sufrir las consecuencias. El sufrimiento humano no señala a Dios como responsable, sino a los propios seres humanos.
Las respuestas sobre el sufrimiento varían según las perspectivas filosóficas, teológicas y religiosas. Desafortunadamente, los neopentecostales niegan esta realidad actual. Según sus predicadores, el sufrimiento humano es prueba de una vida de pecado. Enseñan que el verdadero hijo de Dios no enfrenta el sufrimiento, como el Dios de la victoria no permite la derrota a sus hijos. Sin embargo, este punto de vista no encuentra apoyo en las Escrituras.
Los pentecostales, como herederos legítimos de la Reforma Protestante, reconocen que las Escrituras abordan el sufrimiento humano. El teólogo Gutierres Fernandes Siqueira afirma que “el sufrimiento siempre fue visto por los primeros pentecostales como natural e incluso esperado en el pleno ejercicio del cristianismo bíblico” (SIQUEIRA, 2018, p. 77). La teología pentecostal no promueve la ilusión de una vida mágica en la que Dios sea visto como un trampolín hacia el éxito material. Por el contrario, los pentecostales entienden que el sufrimiento es el resultado del pecado original, y enfrentamos aflicciones y oposiciones debido a la fe en Cristo Jesús (Juan 16:33). El sufrimiento nos lleva a buscar más a Dios y a crecer espiritualmente en la vida cristiana.
El sufrimiento humano es una realidad innegable y los enfoques teológicos varían. Mientras que los neopentecostales tienden a negar el sufrimiento como algo que afecta a los verdaderos hijos de Dios, los pentecostales, alineados con la Reforma Protestante, reconocen que el sufrimiento es parte de la experiencia humana. La teología pentecostal no promueve una visión mágica de la vida, sino que ve el sufrimiento como una oportunidad para el crecimiento espiritual y la búsqueda de Dios.
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En última instancia, el sufrimiento nos recuerda nuestra humanidad, nuestra fragilidad y nuestra necesidad de redención. Es a través del sufrimiento que encontramos esperanza, fe y la posibilidad de una comunión más profunda con lo divino. Por lo tanto, al enfrentar las pruebas de la vida, podemos encontrar consuelo en la promesa de que Dios está con nosotros, incluso en los momentos más difíciles.
Referencias bibliográficas:
LEWIS, CS El problema del sufrimiento. São Paulo: Editora Vida, 2015.
SIQUEIRA, Gutierres Fernández. Vestidos de poder: una introducción a la teología pentecostal. Río de Janeiro: CPAD, 2018.
Ediudson Fontes es pastor asistente en la Asamblea de Dios – Ministerio Ciudad Santa en RJ. Teólogo. Postgrado en Ciencias de las Religiones. Maestría en Teología Sistemática. Profesor de Teología, autor de las obras: “Panorama de la Teología Arminiana”, “Reforma Protestante y Pentecostalismo – La Conexión de las Cinco Solas y la Teología Pentecostal” y “Soteriología en la relación entre Arminianismo y Pentecostalismo”, todas publicadas por la Editora Reflexão. Casado con Caroline Fontes y padre de Calebe Fontes.
fuente https://www.guiame.com.br/colunistas/ediudson-fontes/teologia-pentecostal-e-o-sofrimento-humano.html