Además de los ataques militares que Israel ha llevado a cabo contra instalaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) y a sus trabajadores desde que empezó la guerra de Gaza, “estamos siendo testigos de un esfuerzo concertado para desmantelarla con el objetivo de cambiar los parámetros políticos establecidos para la paz en el territorio palestino ocupado”, ha asegurado hoy su responsable, Philippe Lazzarini.
El comisionado general explicó que “este esfuerzo incluye propuestas legislativas que buscan socavar nuestras operaciones amenazando con el desalojo de nuestro complejo y etiquetando a UNRWA como organización terrorista.
Para Lazzarini, la Agencia “está en el punto de mira por su papel en la salvaguarda de los derechos de los refugiados palestinos, y porque encarna un compromiso internacional para una solución política”.
“Israel lleva mucho tiempo criticando el mandato de la Agencia. Pero ahora pretende poner fin a las operaciones de UNRWA, desestimando el estatus de la Agencia como entidad de Naciones Unidas apoyada por una abrumadora mayoría de Estados Miembros”, aseguró.
Para Lazzarini, si se opone resistencia a esas pretensiones, “otras entidades de la ONU y organizaciones internacionales serán las siguientes, socavando aún más nuestro sistema multilateral”.
La agencia también se tambalea por los ataques
Por ello, Lazzarini solicitó apoyo político y financiero a los Estados miembros para continuar brindando protección, tras la continua destrucción de instalaciones de la ONU a causa de la guerra. Advirtiendo, además, de una “generación entera” de niños está en riesgo de ser condenada a “la pobreza (...), el odio, el resentimiento y futuros conflictos” en la Franja.
Sin esa ayuda financiera urgente, la agencia “se desmoronará”, afirmó, insistiendo en que “las presiones sobre la agencia son hoy mayores que nunca”.
Lazzarini subrayó que la agencia está también “tambaleándose bajo el peso de los incesantes ataques en Gaza”, tras casi nueve meses de intensos bombardeos israelíes y operaciones terrestres.
Además de los 193 miembros del personal de UNRWA muertos desde que los ataques dirigidos por Hamás y la toma de rehenes el 7 de octubre, Lazzarini detalló la magnitud de la destrucción de las instalaciones de la ONU.
Más de 180 instalaciones han sido dañadas o destruidas desde el 7 de octubre y “al menos 500 personas” han muerto buscando protección bajo la bandera de la ONU, detalló.
“Nuestras instalaciones han sido utilizadas con fines militares por Israel, Hamás y otros grupos armados palestinos”, dijo el jefe de UNRWA en una reunión de la Comisión Asesora en Ginebra. “Nuestros convoyes han sufrido ataques a pesar de los movimientos coordinados con las autoridades israelíes en Cisjordania (...) el espacio operativo se está reduciendo”.
Enfatizando cómo la Franja de Gaza es ahora “un infierno” para más de dos millones de personas que viven allí, el alto funcionario humanitario señaló que los niños siguen muriendo de desnutrición y deshidratación, “mientras que los alimentos y el agua potable esperan en camiones” fuera de la Franja.
Y en medio de los crecientes informes sobre el colapso de la ley y el orden, Lazzarini punteó el saqueo desenfrenado y el contrabando que se están produciendo actualmente, lo que retrasa la entrega de la ayuda humanitaria que se necesita desesperadamente.
Entre los más vulnerables de Gaza, se encuentran los niños, insistió el comisionado general, con más de 625.000 jóvenes “profundamente traumatizados” que “viven entre los escombros” y sin acceso a la educación.
"Unos 300.000 de ellos estaban matriculados en cerca de 290 escuelas de la UNRWA antes de la guerra, pero los que ahora están sin escolarizar “corren el riesgo de sufrir violencia y explotación, trabajo infantil, matrimonio precoz y reclutamiento por parte de grupos armados”, insistió el responsable de la UNRWA.
“Sin una intervención decisiva para reanudar la educación, condenaremos a toda una generación a la pobreza y sembraremos las semillas del odio, el resentimiento y futuros conflictos”, declaró.
Caos en Cisjordania
Mientras los gazatíes desplazados repetidamente por la guerra “se aferran a la vida”, Lazzarini emitió una evaluación igualmente sombría de la situación en la Cisjordania ocupada, donde unos 500 palestinos han sido asesinados desde octubre.
“Los ataques diarios de los colonos israelíes, las incursiones militares y la destrucción de hogares e infraestructuras críticas forman parte de un sistema bien engrasado de segregación y opresión”, dijo el encargado de la UNRWA.
Ataques durante el fin de semana
Por otro lado, la Oficina de Derechos Humanos ha condenado los ataques del fin de semana en la ciudad de Gaza que dejaron numerosas víctimas civiles y los abusos de soldados israelíes a un detenido palestino al que ataron al capó de un coche en Yenín.
Israel bombardeó repetidamente el campo de Ash Shati, en el oeste de ciudad de Gaza, a donde el propio Ejército israelí había ordenado dirigirse a los residentes del norte de Gaza obligados a evacuar.
“Los efectos de los ataques israelíes contra bloques de viviendas y casas - y el elevado número de civiles muertos y heridos resultante son totalmente previsibles”, dice la Oficina, lo que parece violar el requisito fundamental de seleccionar medios y métodos de guerra que reduzcan al mínimo o eviten daños a civiles.
En la Cisjordania ocupada, la Oficina condena las continuas y flagrantes violaciones de las normas internacionales que vinculan a Israel como Potencia ocupante.
El 22 de junio, las fuerzas de seguridad israelíes asaltaron una vivienda en Yenín, dispararon e hirieron a tres palestinos y detuvieron a otros tres. Los soldados ataron a uno de los hombres -al que habían disparado en el brazo y el muslo- al capó de un todoterreno militar.
Posteriormente lo trasladaron unos 200 metros antes de supuestamente interrogarlo, liberarlo y permitir que le prestara asistencia médica.
Alerta en el Líbano
La intensificación de los enfrentamientos en la frontera entre Israel y el Líbano también amenaza con una “guerra en toda regla”, continuó Lazzarini, mientras señalaba a los millones de refugiados palestinos “ansiosos y asustados” en el territorio palestino ocupado, el Líbano, Siria y Jordania que observan el desarrollo de los acontecimientos en la Franja de Gaza y Cisjordania.
"La mayoría lleva generaciones viviendo en campamentos, a menudo con derechos limitados y en la más absoluta pobreza, a la espera de una solución política que ponga fin a su difícil situación. Hoy son testigos de la mayor tragedia palestina desde la Nakba", dijo, en referencia a los acontecimientos de 1948 que provocaron el desarraigo de unos 750.000 palestinos de sus hogares.
“Como han hecho durante 75 años, buscan en UNRWA protección y el cumplimiento de los derechos humanos básicos”.
En su petición de apoyo para aumentar la asistencia de UNRWA a los refugiados de Palestina, Lazzarini planteó la sombría posibilidad de que la agencia no estuviera operativa “más allá de agosto”.
Esto dependía de que la agencia recibiera tanto las donaciones financieras previstas como nuevas contribuciones, explicó, añadiendo que se necesitaban 1200 millones de dólares para cubrir las necesidades humanitarias críticas hasta finales de año. Hasta la fecha, el llamamiento sólo está financiado en un 18%.
Ataques durante el fin de semana
La Oficina de Derechos Humanos ha condenado los ataques del fin de semana en la ciudad de Gaza que dejaron numerosas víctimas civiles y los abusos de soldados israelíes a un detenido palestino al que ataron al capó de un coche en Yenín.
Israel bombardeó repetidamente el campo de Ash Shati, en el oeste de ciudad de Gaza, a donde el propio Ejército israelí había ordenado dirigirse a los residentes del norte de Gaza obligados a evacuar.
“Los efectos de los ataques israelíes contra bloques de viviendas y casas - y el elevado número de civiles muertos y heridos resultante son totalmente previsibles”, dice la Oficina, lo que parece violar el requisito fundamental de seleccionar medios y métodos de guerra que reduzcan al mínimo o eviten daños a civiles.
En la Cisjordania ocupada, la Oficina condena las continuas y flagrantes violaciones de las normas internacionales que vinculan a Israel como Potencia ocupante. El 22 de junio, las fuerzas de seguridad israelíes asaltaron una vivienda en Yenín, dispararon e hirieron a tres palestinos y detuvieron a otros tres. Los soldados ataron a uno de los hombres -al que habían disparado en el brazo y el muslo- al capó de un todoterreno militar. Posteriormente lo trasladaron unos 200 metros antes de supuestamente interrogarlo, liberarlo y permitir que le prestara asistencia médica. Las Fuerzas de Seguridad Israelíes anunciaron una investigación sobre el incidente.
FIENTE https://news.un.org/es/story/2024/06/1530726