En marzo de 2024, compartimos el testimonio de la cristiana Simin. Ella era una enfermera dedicada en un país de Oriente Medio, pero desde que decidió seguir a Jesús se convirtió en blanco de gran persecución. A pesar de la presión de la sociedad, Simin vive con valentía su fe en Jesús. Ella y su esposo lideraban iglesias domésticas y, por ello, fueron encarcelados.
Poco después, perdió su empleo como enfermera y fue amenazada por las autoridades con nunca volver a ver a su hija. Pero la fe de la cristiana permaneció inquebrantable. Tuvo que huir y vivir como refugiada, pero continúa ayudando a otras mujeres a través de encuentros en línea. El ministerio se enfoca en fortalecer a las cristianas para que encuentren propósito en medio del dolor y los traumas causados por la persecución.
Recientemente, Simin supo que su historia había sido compartida con cristianos de todo Brasil y de otras partes del mundo, y que muchos estaban orando por ella y su familia. “Es muy alentador escuchar esto. Mi corazón se llena de alegría al saber que mis hermanas y hermanos en la fe de todas partes del mundo están orando por nosotros”, dice la cristiana.
La provisión misericordiosa de Dios
“A pesar de no conocernos personalmente, ustedes oran por nosotros. Sus oraciones me dan fuerzas para mantenerme fiel en el camino con Dios y seguir adelante en el ministerio para el que fui llamada. Soy bendecida y agradecida de ver el trabajo de Dios a través de sus oraciones en medio de la persecución y los desafíos que enfrentamos”, añade Simin.
Como refugiada, la cristiana está en constante riesgo y se ve afectada por la crisis económica en el país en el que está refugiada. “Dios nunca me ha dejado sola. Como refugiados, carecemos de cuidados médicos. Es aún más difícil para aquellos que tienen niños pequeños, ya que solo hay dos clínicas pediátricas. Hace unas semanas, mi hija se cayó y se rompió cuatro dientes. Intentamos llevarla al dentista, pero no pudimos cubrir los costos”, añade.
Simin cuenta que su hija sufrió mucho dolor y no sabía qué hacer más que orar. “Alabado sea Dios que nos proveyó los recursos que necesitábamos y que el tratamiento salió bien. Fue doloroso y estresante verla sufrir, pero a través de la oración, Dios nos ayudó a superar la situación y nos fortaleció”, relata la cristiana.
El impacto de la oración también ha sido visible en el ministerio en línea con mujeres en el que trabaja Simin. “Antes de huir de mi país, había una joven que aceptó a Jesús y yo la estaba discipulando. Mantenemos el contacto con ella después de que partimos y me alegra ver que su sed por Dios es aún mayor y poder ayudarla, incluso sin estar físicamente con ella”, añade.
“Alabo a Dios por el ministerio en línea. Sin embargo, las iglesias y los cristianos en Oriente Medio necesitan mucho nuestras oraciones. No hay libertad para los cristianos, ni el derecho de declarar la fe en Jesús, no hay espacio para adorar, siempre hay riesgo de ser arrestado por las autoridades por amor a Jesús. Sin embargo, el trabajo de Dios no cesa. Todos los días recibimos noticias de más personas interesadas y abiertas a escuchar el evangelio”, concluye Simin.
Pedidos de oración
Ora por Simin, su esposo y su hija para que estén seguros y con salud en el país donde viven como refugiados.
Intercede por los cristianos perseguidos en Irán para que continúen creciendo en la fe en Jesús.
Pide a Dios que bendiga el ministerio en línea de Simin con mujeres cristianas perseguidas.
fuente https://puertasabiertasal.org/cristianos-perseguidos-noticias/simin-da-testimonio-del-poder-de-la-oracion-en-oriente-medio