Cuando Hila* creció, su familia apoyó su educación y le permitió ir a la escuela. Esto puede parecer obvio, después de todo, la mayoría de los padres quieren que sus hijos aprendan. Pero en Afganistán, donde vive Hila, que una niña vaya a la escuela no es una realidad, ya que la educación de las niñas no se considera una prioridad. Era inteligente, destacaba académicamente y recuerda que ayudaba a sus compañeros con las tareas escolares.
Como muchas jóvenes del país, Hila no tenía garantizada la oportunidad de continuar su educación. En la escuela secundaria ya estaba comprometida y se casó a los 18 años. La familia de su esposo no apoyaba sus estudios como lo hacían sus padres. "Fue un periodo difícil cuando la familia de mi marido se opuso a mi educación. Las discusiones tribales me permitieron continuar con condiciones específicas. La vida en casa de la familia de mi esposo era difícil, pero en mi segundo año de universidad se produjo un cambio significativo", explica.
Su esposo tuvo acceso a la Biblia y ella vio cómo este mensaje le cambiaba de forma positiva. "Su comportamiento distante cambió y empezó a compartir las historias de los profetas, introduciéndome a la Biblia. La estudiamos y encontramos en ella guía e inspiración", dice.
Mientras buscaba y cuestionaba, Hila decidió seguir a Jesús. Juntos, ella y su esposo crecieron en la fe y comenzaron a ayudar a otros a través del discipulado. Pero en Afganistán, este tipo de fe es muy arriesgada. Si descubren que eres cristiano, el peligro es real. Ella lo descubrió cuando su esposo viajó a una aldea para conseguir material de estudio. Nunca regresó. A pesar de las dificultades, Hila recibió ayuda de los demás cristianos de su comunidad, por lo que está muy agradecida.
*Nombre cambiado por razones de seguridad.
FUENTE https://puertasabiertasal.org/cristianos-perseguidos-noticias/encontrando-consuelo-en-cristo-en-afganistan