Thomas “Tick” Campbell vive en Oxford, Mississippi, EE. UU., donde es barbero y sirve como anciano en Grace Bible Church. Está casado con Ashley y tienen tres hijos pequeños.
¿Qué haces todos los días?
Me levanto entre las 4 y las 6 am para hacer ejercicio y pasar tiempo con Jesús antes de comenzar mi jornada laboral como barbero. Lo que hago no es sólo cortar pelo sino también desarrollar relaciones. Entablo una conversación y oro para que Dios me cree una oportunidad de hablar sobre él. Con el tiempo, la puerta se abre muchas veces y muchos de mis clientes se sienten lo suficientemente cómodos como para compartir sus problemas y yo comparto a Cristo con ellos. A lo largo de los años, pasé de predicar el evangelio a personas con las que no tenía una relación a construir equidad relacional con mis clientes.
Como portador de la imagen de Dios, ¿cómo refleja su trabajo algún aspecto de la obra de Dios?
No creo que todos los predicadores estén en el púlpito. No todo el ministerio se lleva a cabo en la iglesia. Todo cristiano es un ministro y embajador que se ocupa de las almas. Tratar con las almas de las personas es lo más delicado que puedes hacer. Mi ministerio está en esa silla. Algunos días esto se realiza en forma de oración por los enfermos, de ofrecer una palabra de aliento o simplemente de disfrutar de una buena charla. Todos los días siento el peso de que el cliente sentado en la silla podría morir mañana. Si trabajo con esta conciencia, cambia la forma en que veo mi trabajo.
¿Cómo te brinda tu trabajo un punto de vista único sobre la desolación del mundo?
Puedo identificar la desolación en las vidas de casi todos mis clientes. Hay mucha evidencia de la falta de un padre, cuando los hijos vienen y maltratan a sus madres, o no tienen respeto por la autoridad. Escucho historias de niños que sufren abusos sexuales, de adolescentes que practican relaciones sexuales prematrimoniales y de padres que no conocen la verdad y la belleza del evangelio. Todos los días observo a hombres y mujeres que luchan por tener las necesidades básicas de la vida: comida, vestido y vivienda. Las madres solteras a menudo no pueden permitirse pagar el corte de pelo de sus hijos. Sobre todo veo gente que no tiene esperanza. Saber esto hace que los 20 o 30 minutos que tengo con ellos sean muy importantes.
Jesús nos ordenó "amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos". ¿Cómo sirve tu trabajo como una oportunidad para amar y servir a los demás?
Cada persona que entra a la barbería es mi vecino. Sirvo a quienes pasan por momentos difíciles, incluso si eso significa que no me pagarán. Mientras le corto el cabello a un cliente, es posible que me cuente que recientemente perdió su trabajo, por lo que no le hago pagar el corte de cabello. Hago descuentos para madres con varios hijos para ayudarlos. Una vez, el padre de un joven cliente estaba en prisión, así que le corté el pelo gratis hasta que su padre regresara a casa.
Nota del editor: Durante un tiempo, la Coalición por el Evangelio publicó una columna semanal titulada Vocaciones TGC. Preguntaron a los profesionales cómo integraban su fe y su trabajo. Las entrevistas están condensadas y editadas.
Traducido por Mariana Alves Passos
Jason Cook es pastor asociado de predicación en Fellowship Memphis. Obtuvo su maestría en Beeson Divinity School en Birmingham, Alabama, EE. UU., donde ayudó a fundar Iron City Church, un ministerio multiétnico en una de las ciudades más segregadas de Estados Unidos. Se graduó en la Universidad de Mississippi, donde fue deportista becado. Está casado con Courtney y tienen dos hijos, Charlie y Cager. Puedes seguirlo en Twitter .
fuente https://coalizaopeloevangelho.org/article/ministrando-por-detras-da-cadeira-de-barbeiro/