Las comunidades cristianas en tres estados nigerianos sufrieron importantes ataques en las últimas semanas a manos de extremistas islámicos fulani.
En el estado de Kaduna, la violencia alcanzó a las comunidades cristianas de los condados de Ikara y Kabau. El 14 de agosto, extremistas islámicos atacaron Angwan Tube en el barrio de Kurmin Kogo, condado de Ikara, secuestrando a dos cristianos e hiriendo a uno. La noche siguiente, la comunidad Dogon Fako, en el mismo barrio, sufrió un ataque similar, con dos secuestros más, entre ellos el del reverendo Bitrus Inusa, de la Comunión Anglicana.
La violencia se extendió a la zona del gobierno local de Kabau, donde hace dos semanas los extremistas atacaron Unguwar Galadima Toka en el barrio de Kargi y secuestraron a un pastor y a otro miembro de la comunidad. Aunque el pastor fue liberado tras el pago de un rescate, la violencia continuó con un ataque posterior en Kwankwarmin Gedage el 17 de agosto, que resultó en el secuestro de otro pastor y otras dos personas.
La situación sigue siendo grave también en el sudeste. El 15 de agosto, extremistas fulani islámicos secuestraron a cinco estudiantes cristianos de la Facultad de Tecnología Sanitaria del Estado de Enugu, en la zona del gobierno local del río Oji. Este incidente coincidió con un ataque de extremistas fulani en el que fueron secuestrados 20 estudiantes de medicina y odontología de las universidades de Jos y Maiduguri en la carretera Otukpo-Enugu.
Ben Bini, un líder cristiano de la ciudad de Kaduna, compartió con International Christian Concern (ICC) sus preocupaciones sobre los recientes ataques, destacando una preocupante tendencia a la violencia selectiva contra el clero y las comunidades cristianas. Instó al gobierno nigeriano a tomar medidas decisivas para rescatar a las personas secuestradas y evitar nuevos ataques.
Además de la violencia dirigida contra las comunidades cristianas, los agricultores de Rigwe en Miango, condado de Bassa, en el estado de Plateau, se enfrentan a amenazas constantes que ponen en peligro sus medios de vida agrícolas. El 23 de julio, extremistas fulani arrasaron una granja en Miango, destruyendo cultivos de maíz y soja. Un mes después, el 23 de agosto, la misma granja fue atacada de nuevo, lo que provocó la pérdida total de las cosechas.
Estos ataques, que han persistido durante los últimos cinco años, reflejan una crisis más amplia que afecta a los agricultores de Rigwe. Los llamamientos a la paz de los jefes fulani y rigwe, así como del Comité de Implementación de la Paz, y los esfuerzos por frenar la violencia no han tenido ningún efecto.
FUENTE https://www.persecution.org/2024/08/26/communities-in-three-nigerian-states-endure-violence-abductions/