
Uno de cada cuatro bebés abortados a las 23 semanas de gestación en la provincia canadiense de Quebec nace vivo, según demuestra un nuevo estudio.
Una investigación dirigida por estadísticos médicos de la Universidad de Montreal descubrió que las tasas de nacidos vivos aumentaron más notablemente entre las 20 y 24 semanas en los abortos del segundo trimestre.
A principios de este año, más de 700 médicos pidieron a los parlamentarios que redujeran el límite de abortos en Gran Bretaña de 24 a 22 semanas para reflejar mejor el creciente número de bebés prematuros que sobreviven.
Cuidados intensivos
El estudio canadiense analizó datos de 13.777 abortos realizados entre las 15 y las 29 semanas de gestación en hospitales de Quebec entre el 1 de abril de 1989 y el 31 de marzo de 2021.
Informó que las tasas de nacidos vivos “eran más altas a las 23 semanas de gestación (27,0 por cada 100 abortos), seguidas de las 22 semanas (26,7 por cada 100 abortos) y las 21 semanas (22,9 por cada 100 abortos)”.
“En Quebec, el nacimiento vivo se define como la presencia de cualquier signo de vida, incluida la respiración, los latidos del corazón, la pulsación del cordón umbilical o el movimiento muscular, en un feto que se separa de la madre, independientemente de que el cordón esté cortado o la placenta adherida o no”.
Autores del estudio: Nathalie Auger, MD, MSc, FRCPC; Émilie Brousseau, MSc; Aimina Ayoub, MSc; William D. Fraser, MD, MSc, FRCSC
Los investigadores identificaron una clara tendencia al aumento de las tasas de nacimientos vivos a lo largo de los años. Los bebés no nacidos tenían un 4,1 por ciento de posibilidades de sobrevivir a un aborto entre 1989 y 2000, cifra que aumentó al 20,8 por ciento entre 2011 y 2021.
Una cuarta parte de los bebés nacidos vivos tras un aborto fallido fueron ingresados en una unidad de cuidados intensivos neonatales, mientras que el 5,5 por ciento recibió cuidados paliativos. El 10 por ciento de los supervivientes de abortos sobrevivieron al menos tres horas.
Esperanza
Una mujer estadounidense que resultó gravemente herida en el útero durante un aborto fallido ahora anima a otros a hablar en contra del aborto.
En una entrevista con el grupo pro vida estadounidense Students for Life en julio, Hope explicó: "Mi madre biológica programó una cita para abortar cuando tenía diez semanas de embarazo. Fue asustada e insegura, pero se sometió al procedimiento.
“Lo que no le dijeron fue lo completamente formado que estaba mi cuerpo, cómo mi cuerpo, no el tejido del embarazo, se vería afectado por las herramientas que el abortista usó ese día. Lo que ella tampoco sabía al salir del centro de abortos era que sobreviví”.
Al compartir su historia, le dijo a Students for Life: “Quiero que la gente vea la prueba viviente de que el aborto duele. A mi madre le dolió emocionalmente y a mí me dolió físicamente, pero no tenemos por qué seguir conformarnos con eso”.
fuente https://www.christian.org.uk/news/quebec-stats-one-in-four-babies-aborted-at-23-weeks-born-alive/