Al estudiar la palabra de Dios durante las últimas cinco décadas, he notado una marcada diferencia entre la medida bíblica del éxito y la forma en que muchas iglesias estadounidenses parecen medir el éxito.
Muchas de las formas en que las iglesias estadounidenses miden el éxito son, de hecho, violaciones directas de las enseñanzas de Jesús en Mateo 23. En este pasaje, Jesús habla contra las personas que aman los títulos, el estatus de celebridad y desean lugares prominentes en eventos públicos.
Las siguientes son mis opiniones sobre cinco mitos sobre el éxito que se han infiltrado en la iglesia desde la cultura estadounidense.
1. El tamaño de la iglesia muestra el éxito.
Algunas iglesias en los Estados Unidos han crecido por miles en los primeros años de su existencia. Eso puede parecer normal en ciertas partes del mundo donde el Espíritu del Señor está soplando sobre una nación para un verdadero avivamiento y evangelización (por ejemplo, Brasil, África e Indonesia). Desafortunadamente, la mayoría de las veces en los Estados Unidos, las iglesias que se cuentan por miles después de solo un año o dos de existencia generalmente crecen a través del "crecimiento por transferencia" (personas que ya son salvas saltan de una iglesia a otra). Esto suele suceder de varias maneras: una iglesia famosa (una marca mundial ya establecida) con mucho dinero planta una iglesia, un líder famoso (una personalidad de televisión muy conocida) con una extensa lista de seguidores y correo abre una iglesia o, a veces, una iglesia sin una marca conocida previa explota en crecimiento debido a su talentoso equipo de adoración, gran capacidad administrativa, esquemas de marketing o predicador carismático. A menudo, algunas de estas iglesias se plantan en un área en medio de muchas congregaciones pequeñas que no ofrecen el mismo nivel de entusiasmo a través de sus programas, marketing y presentación.
No considero a estas iglesias como modelos de crecimiento eclesial porque no están creciendo orgánicamente mediante la conversión de los perdidos. Lo más probable es que estén reuniendo a una multitud no comprometida en lugar de una verdadera iglesia con miembros que se relacionan entre sí como una familia de familias. (También hay mucha rotación en estas megaiglesias, con una multitud diferente cada año).
Estoy totalmente a favor del crecimiento explosivo de la iglesia, que involucra principalmente nuevos conversos en lugar de crecimiento por transferencias.
2. El monto del presupuesto muestra el éxito.
Otra forma en que he notado que la gente mide el éxito en esta nación es por la cantidad de dinero que tiene para apoyar sus programas. Cuando estoy en algunas reuniones de pastores de la ciudad, además de preguntar cuántas personas asisten a la iglesia el domingo, la otra pregunta que a veces me hacen es ¿de cuánto es el presupuesto de la iglesia? (Esta no es una pregunta que hagan los líderes maduros a menos que sea necesaria en una situación de asesoramiento o mentoría).
El dinero puede ser o no una señal de la bendición de Dios sobre una congregación. A veces, Dios pone a prueba a una iglesia fuerte con dificultades y dificultades financieras, mientras que, al mismo tiempo, he visto algunos ministerios cuestionables recaudar millones de dólares. ¡Grandes cantidades de dinero no siempre muestran la bendición de Dios porque también pueden provenir de la manipulación carnal!
3. El estatus de celebridad del líder demuestra éxito.
Muchos líderes tienen grandes audiencias en televisión, radio y plataformas en línea. Su estatus de celebridad ha significado que estos ministros son un éxito a los ojos del creyente estadounidense típico. Sin embargo, conozco a muchos predicadores, maestros y ministros increíbles que no son muy conocidos fuera de sus comunidades y evitan la atención de los medios porque quieren concentrar todo su tiempo y energía en el territorio y la gente a la que Dios los ha llamado. El hecho de que alguien sea muy conocido no significa necesariamente que el favor y las bendiciones de Dios estén sobre él. Desafortunadamente, también hemos visto a demasiados líderes famosos viviendo una doble vida. Esto significa que comenzaron correctamente y cayeron en el pecado, o se elevaron a sí mismos mediante un marketing inteligente y no por Dios.
4. El título del líder demuestra éxito.
En los últimos 30 años de ministerio a tiempo completo, he visto a muchas personas llamarse a sí mismas apóstoles, obispos, capellanes o reverendos sin el ministerio, la formación o el fruto que los respalde. Algunas personas que tienen pequeñas reuniones los domingos en sus salas de estar imprimen tarjetas de presentación y se llaman a sí mismos obispos o apóstoles a pesar de no tener la supervisión de otros pastores y congregaciones.
Esto se debe a que muchos creyentes equiparan el éxito con el estatus que conlleva un título. Esta forma rápida de alcanzar estatus seduce a quienes provienen de un entorno de baja autoestima y necesitan ser llamados obispos, apóstoles o pastores, aunque nunca los haya ordenado un líder espiritual legítimo. En su deseo de sentirse bien consigo mismos, se arrogan títulos que nunca se ganaron ni a los que fueron llamados, burlándose así de la fe y diluyendo estos títulos para los líderes auténticos que ahora los rechazan porque su uso excesivo ha abaratado su significado.
5. El estilo de vida acomodado del líder demuestra éxito.
Aunque creo verdaderamente que Dios bendice y provee financieramente a los creyentes cuando primero buscan Su reino (Mateo 6:33), también creo que los cristianos deben buscar una vida de sencillez en lugar de extravagancia, especialmente en estos días de escándalo y abuso financiero.
En ciertos sectores de la iglesia de hoy, se da por sentado que los ministros son juzgados por el estilo y el precio de los trajes que visten y los autos que conducen. No les importará gastar varios miles de dólares en un traje a medida porque es necesario para mantener la apariencia de bendición y éxito de Dios.
Aunque no tengo ningún problema con que los líderes usen bonitos trajes de diseñador o conduzcan un coche caro, creo que está mal que un líder se sienta presionado a endeudarse para comprar trajes o coches para poder “encajar”.
Verdaderamente Dios nos ha dado el poder para hacer riquezas (Deut. 8:13) no para que podamos hacer alarde de ello o tener una apariencia de riqueza, sino para el bien de difundir Su pacto en la tierra.
El Dr. Joseph Mattera es reconocido por abordar los acontecimientos actuales desde la perspectiva de las Escrituras, aplicando verdades bíblicas y ofreciendo defensas convincentes a la cultura posmoderna actual. Para solicitar sus libros más vendidos o unirse a los miles de suscriptores de su aclamado boletín informativo, visite www.josephmattera.org .
FUENTE https://www.christianpost.com/voices/5-american-myths-of-successful-churches-and-ministries.html