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Se necesita más apoyo para 4,2 millones de personas refugiadas y migrantes que buscan seguridad y estabilidad en las Américas
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PANAMÁ – La encuesta de necesidades más exhaustiva realizada con personas migrantes y refugiadas de Venezuela y de otras nacionalidades en América Latina y el Caribe indica que 4,2 millones de personas venezolanas que residen en la región aún enfrentan dificultades para acceder a servicios esenciales y empleo formal, a pesar de los loables logros de los países de acogida a la hora de proporcionar asistencia humanitaria, protección y oportunidades de integración.

El Análisis de Necesidades de Refugiados y Migrantes (RMNA), realizado por la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) –coliderada por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)–, destaca que entre los desafíos que continúan se encuentran la inseguridad alimentaria, el acceso limitado a empleo formal, la falta de documentación y las dificultades para obtener atención médica y educación.
Es destacable que el 68% de los 6,7 millones de personas refugiadas y migrantes venezolanas que viven en la región hayan obtenido el estatus migratorio regular o el reconocimiento de la condición de refugiado. Solo en 2023, con el apoyo de los socios de R4V, más de 1,3 millones se beneficiaron de actividades de seguridad alimentaria y nutrición, 700.000 recibieron atención médica, 240.000 encontraron vivienda, otros 230.000 se beneficiaron de oportunidades de integración y casi 300.000 recibieron servicios de agua, saneamiento e higiene. Unos 200.000 niños y niñas accedieron a educación y más de 980.000 personas refugiadas, migrantes y de las comunidades de acogida recibieron asistencia especializada en materia de protección.
Sin embargo, estos logros son insuficientes para asegurar que todas las personas migrantes y refugiadas vulnerables tengan acceso a una vida digna y a derechos básicos. Más de 2 millones permanecen en situación irregular debido principalmente al alto costo y a la complejidad de los  procesos legales, así como a los estrictos requisitos de visado y entrada a los países de la región. Más de 14.000 hogares participaron en la encuesta, representando más de 41.500 personas refugiadas y migrantes de 17 países de América del Sur, América Central y el Caribe, incluidas aquellas en movilidad humana.
El difícil escenario socioeconómico tras la pandeamia, unido al aumento de la discriminación y la xenofobia en los procesos de contratación, y a las barreras para convalidar títulos profesionales, ha obligado al 82% de las personas venezolanas que trabajan en la región a recurrir a empleos informales, a menudo en condiciones no dignas y mal remunerados. Las mujeres se ven afectadas de forma desproporcionada, y a menudo reciben salarios más bajos.
“Este año el Análisis de Necesidades se basa por primera vez en un marco regional armonizado para el desarrollo de evaluaciones. Los resultados, tanto alentadores como alarmantes, ofrecen una imagen más clara de la situación a la que se enfrentan las personas refugiads y los migrantes de diversas nacionalidades, y ponen de relieve las áreas en las que los gobiernos de acogida y la comunidad internacional deben hacer más para proporcionar soluciones sostenibles, protección y asistencia humanitaria”, declaró Eduardo Stein, Representante Especial Conjunto del ACNUR y la OIM para las Personas Refugiadas y Migrantes de Venezuela.
El 42% de los hogares venezolanos encuestados tienen necesidades de seguridad alimentaria debido al alto costo de vida en la región y las dificultades para obtener empleos formales y salarios justos. Muchas personas pasan días enteros sin comer, priorizando las necesidades de sus hijos e hijas, y recurren a la mendicidad como medio de subsistencia.
Además, uno de cada cinco hogares encuestados carece de vivienda estable, y algunos se ven obligados a dormir en la calle, debido a falta de ingresos suficientes y a las actitudes xenófobas de algunos propietarios.
Desesperadas por cubrir sus necesidades básicas, muchas personas venezolanas emprenden viajes peligrosos para cruzar fronteras, exponiéndose a riesgos como la violencia, la extorsión, los robos, la explotación, el tráfico y la trata de personas, y otros peligros. A ellas se unen personas migrantes y refugiadas vulnerables de otras nacionalidades, como ecuatorianas, colombianas y haitianas, que se enfrentan a riesgos similares. Alrededor del 89% de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela y de otras nacionalidades que recurren a estos movimientos requieren ayuda humanitaria urgente, como alimentos, alojamiento y protección, entre otros derechos esenciales.
El apoyo internacional es crucial para brindar a las personas venezolanos de la región, así como a aquellas de otras nacionalidades, oportunidades sostenibles de integración que eviten nuevos movimientos peligrosos. Hasta la fecha solo se ha recibido el 13,3% de los 1.590 millones de dólares solicitados por los socios del Plan de Respuesta Regional 2024. Las conclusiones de la RMNA servirán de base para el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes 2025-2026, que se presentará en diciembre de 2024.
fuente https://www.acnur.org/noticias/comunicados-de-prensa/se-necesita-mas-apoyo-para-4-2-millones-de-personas-refugiadas-y-migrantes

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