Después de trabajar en un servicio de urgencias durante varios años, Waleed abrió su propia clínica médica en Qaraqosh, Irak. La clínica había sido su sueño desde que sobrevivió al atentado con bomba contra el autobús en el que viajaba en 2010.
Las esperanzas de Waleed en la clínica se desvanecieron rápidamente cuando el grupo Estado Islámico (ISIS) invadió su ciudad predominantemente cristiana en agosto de 2014. Waleed, su esposa embarazada y su hijo pequeño se unieron a los miles de residentes de Qaraqosh que huyeron de la violencia del grupo extremista islámico.
“Mi esposa me preguntó: ‘¿Adónde vamos mientras estoy embarazada?’. Le dije: ‘Tenemos un Dios que nos ayudará con todo’”, recordó Waleed.
Waleed y su familia encontraron refugio en Erbil, en el Kurdistán iraquí. Después de que su esposa diera a luz a su hija, Waleed comenzó a brindar atención médica a otras personas que habían sido desplazadas. Regresó a Qaraqosh en 2018 después de que la ciudad fuera liberada, y se convirtió en el primero en reabrir una clínica médica en medio de la destrucción. A pesar de desafíos como la pandemia de COVID-19, Waleed continuó cuidando de su comunidad.
La tragedia volvió a golpear el 26 de septiembre de 2023, cuando se produjo un incendio en un salón de bodas local. Waleed acudió rápidamente al lugar y fue testigo de un horror inimaginable mientras él y su equipo trabajaban incansablemente para salvar y tratar a los heridos. Durante los dos meses siguientes, su clínica brindó atención médica gratuita y contó con el apoyo de la comunidad para obtener suministros.
Desde entonces, Waleed se ha asociado con International Christian Concern para ampliar su clínica y servir mejor a su comunidad, impulsado por su compromiso continuo de cuidar a los necesitados.
“Al servir a los demás”, dijo Waleed, “reflejamos el amor y la gracia de Dios en el mundo”.
Waleed expresó su más sincero agradecimiento a ICC y sus partidarios por el apoyo que recibió para su clínica.
“Muchas gracias por apoyarme en el desarrollo de mi clínica”, dijo. “Su organización es muy conocida en Qaraqosh”.
Agregó que las mejoras que ICC le ayudó a realizar en su clínica le han permitido hacer más para ayudar a los miembros de su comunidad.
“Antes, los pacientes tenían que estar de pie porque no tenía sillas buenas”, dijo. “Ahora tengo una silla médica de tres plazas para que se sienten. Tengo una máquina de oxígeno, un nebulizador, un tensiómetro y todo el equipo necesario. Seguiré tratando y ayudando a las personas”.
fuente https://www.persecution.org/2024/09/26/a-medical-workers-ministry-of-hope-and-healing-in-iraq/