*Contenido sensible: violencia extrema.
Nigeria es el país más mortal para los cristianos, con 4.118 casos de un total de 4.998 asesinatos de seguidores de Jesús en todo el mundo. Los sobrevivientes tuvieron que huir y ahora luchan por tener qué comer, dónde vivir y superar los traumas.
Magdalene sobrevivió a uno de los ataques, pero presenció el asesinato de algunos cristianos en la Navidad de 2023, y eso tuvo consecuencias: “La vida se ha vuelto muy difícil para mí. Cuando me acuesto por la noche, veo todo suceder de nuevo”, lamenta.
El día en que ocurrió el ataque, la cristiana estaba angustiada. Un grupo extremista llegó disparando a la comunidad y once personas se escondieron en la casa donde estaba Magdalene. De repente, los ruidos cesaron y todos pensaron que los yihadistas se habían marchado, pero volvieron y comenzaron a atacar a todos.
"Se acercaron a mí y tiraron del tablón de madera que sostenía para protegerme. Nos golpearon con sus machetes. Me cortaron en la cabeza. Cortaron a mi bebé. Inmediatamente, sus gritos se debilitaron. Yo seguía sosteniéndolo. Levanté la mano para protegerme. Fue entonces cuando me cortaron el dedo", recuerda.
Los extremistas recorrían la casa como cazadores en busca de su presa y allí donde oían una señal de vida, irrumpían y mataban a los escondidos. "Encontraron a una mujer con su bebé de dos meses y los mataron al instante en el dormitorio. En el salón se escondía otra mujer con su bebé. Mataron a la madre, pero no al bebé", cuenta Magdalene.
Además de asesinar a los cristianos, los yihadistas incendiaron toda la comunidad, y la mujer cristiana vio cómo ardía su casa. El niño, que lloraba por la muerte de su madre, se quedó en el dormitorio, y Magdalena no pudo ayudarlo a causa de las llamas. "El niño lloraba y moría en mi presencia. No pude entrar. Yo sólo miraba. Clamé a Dios", se lamenta.
Magdalena tuvo que huir de su comunidad junto con otros supervivientes. Pero se llevó consigo los tristes recuerdos y ahora lucha por sobrevivir a diario. "Algunos días no hay comida. Entonces nos desesperamos. Una vez pensé: Dios, deberías haberme quitado la vida, pero me reprendí a mí misma: No digas eso. Si yo hubiera muerto ¿qué hubiera sucedido con los niños? Esta vida no es fácil para mí. No sé por dónde empezar", dice.
La seguidora de Jesús ha recibido apoyo de socios locales de Puertas Abiertas y está recibiendo formación para resistir la persecución y superar su trauma. "Cuando llegué aquí, estaba muy contenta. La formación que nos dan, la palabra de Dios, los versículos de la Biblia que nos presentan. Todo es alentador. Ya no estoy desesperada", afirma.
Peticiones de oración
Clama por la paz, la provisión y la sanidad de Dios para todos los cristianos que sobrevivieron a los ataques extremistas.
Intercede para que las autoridades tengan sabiduría y estrategias para combatir el extremismo islámico.
Ruega por la conversión de los yihadistas, para que se arrepientan de sus pecados y se conviertan en discípulos de Cristo.
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