Mientras Mohammad Abdul dirigía una reunión de culto cristiano en la noche del 5 de octubre en su casa en la región del Bajo Juba de Somalia, cuatro familiares musulmanes esperaban afuera a que terminara el evento.
Cuando terminó el culto, sus familiares confrontaron a Abdul y le preguntaron por qué adoraba a Dios de manera diferente.
“Mi oración es un secreto entre mí y mi Señor Isa [Jesús]”, dijo Abdul a sus familiares.
“¿Por qué debo orar en público? Esa es solo una manera de agradar a los hombres. En mi tiempo de adoración, debo agradar solo a Dios, que está en los lugares celestiales. Isa, quien me salvó, conoce mi corazón, y yo estoy feliz en mi corazón, así que déjenme en paz”.
Sus familiares agredieron a Abdul, lo golpearon con un objeto contundente y le dieron bofetadas en la cara. Abdul sufrió una fractura en la mano izquierda, heridas en los dedos de la mano derecha y cortes en la cara.
Abdul, que se convirtió al cristianismo en marzo, ha sido agredido otras dos veces por su fe, una vez el 5 de mayo y otra el 8 de julio.
Las condiciones de vida de los cristianos en Somalia son desalentadoras debido a los elevados niveles de conflicto civil, el extremismo islámico y la inseguridad que provocan grupos terroristas como Al Shabab. Los cristianos como Abdul deben extremar las precauciones cuando se reúnen en grupos. Es ilegal que los somalíes se conviertan al cristianismo o que los cristianos evangelicen. Los cristianos tienen más probabilidades de ser asesinados por Al Shabab o sus familiares que de ser encarcelados por el gobierno.
fiente https://www.persecution.org/2024/10/25/christian-convert-assaulted-by-relatives-in-somalia/