Estábamos sentadas alrededor de la cálida chimenea, con nuestros cuadernos abiertos, los bolígrafos listos y los ojos esperando ansiosamente la sabiduría de nuestra líder del ministerio de mujeres. Nos habíamos reunido para una reunión vespertina de reflexión, aprendizaje e intercambio. El primer semestre de grupos pequeños había pasado muy rápido; ahora era el momento de que los líderes evaluaran cómo había ido. ¿Están las mujeres creciendo en su fe? ¿Discernimos un afán por leer la Palabra? ¿Están las mujeres comprometidas con la vida de iglesia?
Nuestro líder comenzó a tocar el tema de la oración. ¿Cómo estuvo la temperatura de los grupos? ¿Fue demasiado difícil recibir peticiones de oración de nuestras mujeres? ¿O las mujeres estaban ansiosas por compartir sus corazones unas con otras?
Muchos de nosotros estuvimos de acuerdo en que el tiempo de oración era similar a una visita al dentista. Tuvimos muchas oraciones de “tía Martha”.
Oraciones de tía Martha: puedes reconocerlas. Son peticiones de oración que evitan cualquier atisbo de vulnerabilidad, ya sean luchas o alegrías, centrándose en cambio en “mi tía Marta que está enferma. Por favor oren por su salud”.
Una nota antes de continuar: pedir oración por los demás es algo maravilloso. Revela el corazón solidario de alguien que piensa en las necesidades de los demás antes que en las suyas propias. Hay poder en orar por los demás, por eso debemos hacerlo sabiendo que Dios nos escucha.
Por “oraciones de tía Marta”, me refiero a las peticiones de oración que permanecen iguales semana tras semana, que ocultan nuestras verdaderas luchas y no están directamente relacionadas con nuestra relación con Cristo. ¿Puedes recordar las “oraciones de la tía Martha” que se infiltraron en tu pequeño grupo?
¿Qué debe hacer un líder de grupo pequeño?
He descubierto tres formas útiles de animar a los participantes a presentar solicitudes que involucren temas personales, centrados en las Escrituras y, a veces, incluso delicados.
1. Dé el ejemplo.
Algo sorprendente sucede cuando un líder habla con sinceridad: establece un nivel de confianza que anima a los oyentes a seguir su ejemplo. El autor de Hebreos escribe: “Acordaos de vuestros líderes que os hablaron la palabra de Dios y, considerando el éxito de su carrera, imitad su fe”. (13.7). Los líderes tienen una gran influencia y, cuando la usan apropiadamente, pueden aprovechar esa influencia para ayudar a las personas a crecer en su devoción a Cristo. Si ofrecemos nuestras propias necesidades, luchas, elogios e incluso fracasos, animaremos a otros a hacer lo mismo.
2. Reelaborar el pedido.
Un método que funciona bien consiste en reformular las “oraciones de Tía Marta” en un intento de comprender el sentimiento detrás de la petición. Por ejemplo, si una mujer pide oración por “su amiga que necesita un trabajo”, podríamos preguntarle: “Específicamente, ¿cómo podrías ser útil para tu amiga esta semana y cómo podemos orar por ti en esta área?”
Nuevamente, no queremos dar la impresión de que una petición de oración sea incorrecta o sin importancia; Ciertamente es correcto que elevemos a otros al Señor. Pero también queremos animar a cada persona a buscar en su propio corazón. Reformular la solicitud original haciendo preguntas de seguimiento es una manera de profundizar más y una invitación a profundizar más.
3. Activa las Escrituras.
La Palabra de Dios es verdad santificadora (Juan 17:17), por lo tanto podemos confiar en que orar el texto de las Escrituras dará fruto y nos alineará con la agradable y perfecta voluntad de Dios (Romanos 12:2). Anime a los miembros de su grupo a elegir un versículo o texto bíblico que ilustre:
Un modo en el que quisieran, cada vez más, conformarse a la imagen de Cristo.
Una promesa que deben recordar.
Un atributo de la persona de Dios que quieren conocer más profundamente.
Un precepto que desean aplicar a un área de lucha, dolor o tentación.
Se puede pedir a cada persona que escriba el texto en un papel y lo comparta con otra persona, convirtiéndolos en compañeros de oración durante esa semana. O puede compartir las peticiones en voz alta con todo el grupo y dedicar tiempo a orar palabras seleccionadas de las Escrituras por cada miembro del grupo.
Cualquiera que sea la forma que elija para animar a su grupo a compartir más profundamente, a buscar ser más diligente en la oración, tenga la seguridad de que, en última instancia, es el Espíritu Santo quien crea los deseos y el trabajo en cada creyente (Efesios 3:14 -19). Confíe en que la obra de Cristo se completará en su grupo pequeño, ore con frecuencia por los miembros de su grupo y continúe siendo un ejemplo digno de imitar.
Traducido por Víctor San.
Kristen Wetherell es escritora, profesora de Biblia y administradora de contenido de Unlocking the Bible. Junto con Sarah Walton, es autora de “Esperanza cuando duele: Reflexiones bíblicas para ayudarte a entender el propósito de Dios en tu sufrimiento” (The Good Book Company, abril de 2017) El propósito de Dios en tu sufrimiento). Ella escribe un blog en su propio sitio web y puedes seguirla en Twitter. Ella y su esposo, Brad, son miembros de The Orchard en Arlington Heights, Illinois, EE. UU.
FUENTE https://coalizaopeloevangelho.org/article/tres-maneiras-de-aprofundar-as-oracoes-em-um-pequeno-grupo/