Todo lo que sucede en el Perú y en el mundo que influye en la iglesia y el cuerpo de Cristo

Alezae Edwards, originaria de Estados Unidos, comenzó a experimentar atracción hacia personas del mismo sexo durante su infancia, tras haber sido víctima de abuso sexual por parte de tres hombres.

Debido a los constantes abusos, su personalidad, mente y corazón fueron corrompidos por la lujuria y la homosexualidad, lo cual le era difícil de controlar.

“Dos de edades comprendidas entre 3 y 8 años. Y nuevamente a los 12 años. Muy pronto ese espíritu de lujuria surgió sobre mí y pervirtió mi mente de muchas maneras. Tenía atracciones desde la guardería, era algo que no podía controlar lo que sentía hacia las mujeres”, dijo Alezae, para “Testimonios Delafé” en YouTube.

A los 16 años, Alezae Edwards adoptó una identidad visual masculina, deseando cortarse el pelo y cambiar su ropa, aunque lo hizo en secreto debido a su familia tradicional española. Para poder hacerlo, robaba ropa de su hermano y se cambiaba en la escuela.

Cuando finalmente se declaró lesbiana ante su madre, esta no aceptó su identidad y la echó de casa, lo que llevó a Alezae a mudarse con su padre en Pensilvania, quien era más tolerante y le permitió explorar su orientación sexual.

A pesar de la libertad que encontró con su padre, Alezae comenzó a sufrir de depresión, sintiendo que le faltaba el amor materno, el cual solo recibía de sus amigas. Su padre, preocupado por su bienestar mental, le preguntó sobre su infancia y ella reveló haber sido abusada, lo que alteró profundamente su mundo familiar.

Con el tiempo, su depresión se exacerbó, experimentando visiones y pensamientos suicidas, y desarrolló una dependencia emocional hacia una chica, lo que llevó a su padre y madrastra a intervenir.

“Comencé a cortarme en mi habitación, cuando los demonios se volvieron más vívidos y me visitaban a las 3 am todos los días”, informó Alezae.

Una noche, Alezae vio una figura oscura en la puerta de su habitación y sintió que el enemigo estaba tras ella. Una joven cristiana le reveló a su madrastra que “el diablo y Dios están luchando por su alma”, lo que la llevó a reflexionar sobre su vida.

Tras intentar suicidarse y ser llevada a un hospital psiquiátrico por su padre, su madrastra comenzó a llevarla a la iglesia y a interceder por ella, lo que resultó en que Alezae soñara con Jesús poco después.

“Vi una figura blanca y brillante parada frente a mí, tenía los brazos abiertos y corrí hacia Él. Sentí que todo desaparecía, mi dolor, mi sufrimiento, mi pasado, mi presente, mi futuro. Era el tipo de sueño del que no quería despertar”, testificó.

Un tiempo después, Alezae tuvo un sueño en el que se casaba con un hombre y posteriormente quedaba embarazada. Finalmente, un día, la joven decidió entregarse a Cristo en su habitación.

“Clamé al Señor: ‘No te conozco, pero no quiero suicidarme, no quiero ser gay, por favor quítame esto. Quiero conocerte’”, recordó de ese momento.

Alezae recibió a Jesús como su Salvador y Señor, fue bautizada y se liberó de su atracción hacia las mujeres.

“Fue como si hubiera ocurrido un cambio, cuando me sumergí en el agua sentí que toda mi inmundicia, todo mi pecado había quedado en esa agua”, contó.

“Encontré la verdad, el amor de Dios me transformó, me sanó, me limpió, me reparó. En la presencia del Señor recibí la libertad. Quiero contarle al mundo acerca de Jesús, y que, si él me hizo esto a mí, también puede hacérselo a ellos”, finalizó.