Después de una frenética campaña de 11 días desde sus bastiones en el norte hasta Damasco, la capital de Siria en el sur, las fuerzas rebeldes lograron este fin de semana derrocar el régimen de 24 años del dictador Bashar al-Assad.
Assad huyó a Moscú, según fuentes de los medios estatales rusos, mientras vídeos de Damasco muestran a civiles saqueando el palacio desde el que Assad aterrorizaba al pueblo sirio.
La principal potencia rebelde detrás del bombardeo es Hay'at Tahrir al-Sham (HTS), un grupo militante local que parece estar motivado tanto por el islamismo (el grupo fue fundado como una filial de al-Qaida y, a pesar de cortar lazos con el grupo, continúa abrazando la ideología salafista-yihadista de al-Qaida) como por el nacionalismo.
A medida que descendían hacia el sur, en dirección a Damasco, capturando ciudades en el camino, a los combatientes del HTS se les unieron otros grupos igualmente descontentos con el régimen de Assad y ansiosos por sumarse a un movimiento que estaba ganando impulso en el esfuerzo por derrocar al impopular dictador.
Assad fue el último de una dinastía familiar que gobernó Siria desde 1971. Durante ese tiempo, el pueblo sirio fue brutalmente restringido y sufrió la privación sistemática de sus derechos y libertades fundamentales, incluido el derecho a la libertad de culto. Los cristianos y otros grupos religiosos desfavorecidos sufrieron durante mucho tiempo una persecución severa bajo el régimen de Assad.
Mientras muchos en el país celebran la caída de un dictador que ordenó repetidamente el uso de armas químicas contra su propio pueblo y asesinó a miles de opositores, las minorías religiosas y los observadores internacionales están esperando ver cómo será un gobierno dirigido por HTS y si HTS trabajará para crear un orden basado en los derechos.
Objetivos y ambiciones de HTS
Estados Unidos ha designado a HTS como organización terrorista extranjera desde 2018, tras separarse de Al Qaeda. La organización predecesora de HTS, Jabhat al Nusra, también fue designada como tal y fue fundada en 2011 por Abu Mohammad al Jolani, quien hoy es el líder de HTS.
Incluso en esta forma anterior, Al-Jolani y su grupo siempre se centraron en la oposición al régimen de Asad, un hecho significativo, ya que desde el principio pusieron el acento en el nacionalismo, en lugar de simplemente en el yihadismo. En los años posteriores, el grupo ha seguido haciendo mucho hincapié en sus aspiraciones políticas en Siria, a veces por encima de temas más amplios del yihadismo. Aunque las declaraciones de Al-Jolani a veces insinúan los objetivos más amplios de un califato islámico global, en los últimos años HTS ha centrado su retórica en establecer el gobierno sobre Siria y expulsar del país la influencia iraní pro-Asad.
Los primeros años de Al-Jolani como militante los pasó luchando para el grupo Estado Islámico (ISIS) en Irak. Después de ocho años como combatiente de ISIS, cuando regresó a Siria en 2011, lo hizo como representante del fundador del Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, y su visión de la yihad global y un califato islámico mundial. Aun así, HTS representa una ruptura con esa ideología en favor del nacionalismo sirio, y el grupo ha luchado contra la influencia de Al Qaeda y ISIS en Siria en los últimos años.
En los últimos días, mientras sus fuerzas han tomado ciudad tras ciudad, al-Jolani ha trabajado para proyectar una imagen de relativa tolerancia y aceptación hacia los cristianos y otras minorías religiosas, incluidos los musulmanes chiítas.
“La diversidad es nuestra fuerza, no nuestra debilidad”, declaró Al-Jolani en un edicto tras tomar Alepo en ruta a Damasco. Su llamado parecía ser a favor de una Siria unida y un futuro de base amplia para el país.
Los observadores se sorprendieron por las órdenes de proteger a las minorías religiosas. Sin embargo, el escepticismo inicial fue recibido con paz en los barrios cristianos de Alepo, y se dice que los combatientes han ido casa por casa repitiendo garantías de tolerancia. En los videos que circulan en Internet se ve un árbol de Navidad en un mercado ubicado en una zona predominantemente cristiana de la ciudad después de la toma del poder por parte de los rebeldes, y se dice que los combatientes han permitido que continúen las celebraciones navideñas.
En las zonas controladas por el HTS en los últimos años, se dice que se ha permitido cierto grado de libertad. Por ejemplo, el grupo ha permitido fumar y otras prácticas que están prohibidas según una interpretación más fundamentalista del Islam. Sin embargo, otras fuentes informan de que el HTS ha acosado y detenido sistemáticamente a todos los que han sido críticos con el grupo o se han apartado de su doctrina religiosa, por laxa que sea esta.
Sin embargo, las señales positivas iniciales en Alepo no indican que Siria esté entrando en un nuevo período de tolerancia interreligiosa o de libertad religiosa generalizada. Los informes sobre la toma de Damasco incluyen incidentes en los que los rebeldes preguntan por la identidad religiosa de los residentes, lo que sugiere que la religión puede seguir actuando como un punto de tensión.
Si bien el objetivo inmediato de Al-Jolani es establecer un gobierno que funcione y, por lo tanto, está motivado a lograr la cooperación del mayor número posible de comunidades, sigue siendo un defensor declarado de la ideología salafista yihadista. Sus raíces son mucho más profundas como perseguidor de la religión que como promotor de su libre práctica.
Mientras la comunidad internacional observa atentamente qué tipo de gobierno reemplazará al régimen de Asad, cientos de miles de minorías religiosas en Siria también están observando. Para ellas, el respeto del nuevo gobierno por la libertad religiosa es una incógnita personal. Si Al-Jolani sigue mostrando su apoyo a los derechos de los cristianos y otros, eso sería un cambio fundamental para mejor. Pero ese resultado está lejos de estar garantizado, y un regreso a sus antiguas costumbres bajo el ISIS y Al-Qaida sería desastroso para estas comunidades ya vulnerables que sufrieron tanto bajo Asad.
fuente https://www.persecution.org/2024/12/11/future-of-religious-freedom-in-syria-unclear-following-assads-ouster/