
Durante una visita a Beni en la República Democrática del Congo en octubre de 2024, el personal de International Christian Concern (ICC) ofreció un raro momento de esperanza a Kavira Katana Marie, de 64 años, y a otras personas que habían sufrido la violencia de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF).
Tras un ataque a su aldea, Marie quedó paralizada, lo que la hizo más vulnerable en esta región asolada por la violencia. El equipo de la CPI la conoció durante un viaje para visitar una iglesia perseguida en Beni y atender a las personas cuyas vidas habían sido devastadas por las ADF.
Durante la visita, el personal del ICC notó los problemas de movilidad de Marie y le dieron una silla de ruedas para ayudarla a ganar un poco de independencia.
“Nunca pensé que podría volver a moverme porque pasaba todo el tiempo en cama”, dijo Marie, con los ojos llenos de gratitud. “Esta silla de ruedas es un regalo de Dios. Ahora puedo moverme de un lugar a otro. Siempre estaré agradecida”.
Sin embargo, este momento de respiro duró trágicamente poco. El 4 de diciembre de 2024, menos de dos meses después, las ADF atacaron nuevamente la ciudad de Oicha, donde vivía Marie. Durante el ataque a su aldea, Marie murió.
Cuando los rebeldes irrumpieron en su aldea, el hijo de Marie, Achupeni Zacharie, la llevó a un escondite con la esperanza de que estuviera a salvo. Debido a que ya tenía la presión arterial alta, el terror que se apoderó de Marie la llevó a sufrir un ataque cardíaco y murió en los brazos de su hijo. La masacre que se llevó la vida de Kavira dejó otras nueve personas muertas, incluido un bebé. Numerosas casas también fueron quemadas.
Después de su muerte, el personal del ICC sigue agradecido por el testimonio fiel de Marie y la oportunidad que Dios les dio de servirla como hermana en Cristo.
FUENTE https://www.persecution.org/2025/01/14/cherishing-every-opportunity-to-serve-the-persecuted/