Cuando hablo con líderes de estudios bíblicos, surge una preocupación una y otra vez: ¿Cómo podemos equilibrar el estudio bíblico en profundidad con el tiempo de oración? ¿Cuáles son algunas formas prácticas en las que podemos fomentar el estudio bíblico serio mientras construimos una comunidad a través de la oración unos con otros? Hechos 2:42 describe el compromiso de la iglesia primitiva con las Escrituras, la oración y el compañerismo. ¿Cómo pueden nuestros grupos modelar este enfoque sin dedicar todo nuestro tiempo a uno u otro?
A lo largo de los años he participado en una variedad de grupos, algunos pequeños y otros grandes. Obviamente, el tamaño del grupo afecta la capacidad del líder para promover la intimidad entre sus miembros (la mayoría de los consejos que siguen funcionan razonablemente bien para grupos pequeños de 5 a 30 miembros).
Aquí hay tres prácticas que he encontrado que pueden ser muy útiles.
1. Mantenga listas de oración
Una manera fácil de mantenerse al día unos con otros es pasar una lista de oración al comienzo de cada estudio bíblico. Escribir peticiones de oración les da a las mujeres la oportunidad de compartir sin presionarlas para que lo hagan. Esto también limita el tiempo dedicado a las peticiones de oración, ya que las personas tienden a ser más concisas al escribir (por ejemplo, omitiendo la historia detrás de la historia).
Al final de la reunión, le pedimos a una persona que escriba las solicitudes y las envíe por correo electrónico a los demás miembros del grupo. Alentamos a cada mujer de la lista a orar por la mujer antes y después de su nombre, reservando tiempo para consultar a mitad de semana si hay actualizaciones específicas. Este sencillo sistema cultiva el compañerismo a través de la oración y el cuidado entre todos los miembros del grupo, no solo la dependencia de un líder para hacer todas las “verificaciones”. También centra la mayor parte de nuestro tiempo semanal juntos en estudiar las Escrituras en profundidad.
2. Incorporar sesiones de oración
También dedicamos ciertas sesiones de estudio bíblico enteramente a la oración. Cada cinco o seis semanas suspendemos nuestro estudio normal y dedicamos todo el tiempo a tener comunión en oración. A medida que nuestro grupo ha ido creciendo, nos hemos dividido en pequeños grupos de cinco o seis para tener tiempo suficiente para compartir peticiones y orar.
Y siempre abrimos nuestro tiempo de oración con el estímulo de las “Tres B” para compartir: ser breve, ser bíblico y ser beneficioso.
Sea breve
Proverbios 10:19 nos dice sabiamente: “En muchas palabras no falta la transgresión”. Pero a veces no es sólo el contenido de nuestras palabras, sino el tiempo que dedicamos a compartir, lo que puede ser un problema. Como queremos que todas las mujeres tengan las mismas oportunidades de compartir, alentamos la brevedad.
Sea bíblico
El salmista oró: “¡Las palabras de mis labios y la meditación de mi corazón sean aceptables en tu presencia, oh SEÑOR, mi roca y mi redentor!” (Sal. 19:14) Les pedimos a las mujeres que compartan libremente, pero también que eviten los chismes o las conversaciones negativas sobre los demás. Puedes compartir tus necesidades sin ahondar en los pecados de los demás. También pedimos a las mujeres que consideren y compartan durante nuestro tiempo de oración cómo nuestro estudio de las Escrituras las ha desafiado de nuevas maneras. Es un gran gozo utilizar el lenguaje de los pasajes que estamos estudiando semana tras semana para ofrecer una oración llena de la Palabra de Dios. Orar las Escrituras es una forma en que Dios introduce suavemente su belleza y verdad en nuestros corazones.
Sea beneficioso
Antes de cada estudio de oración les pedimos a las mujeres que consideren una pregunta: ¿Lo que voy a compartir es útil para los demás? ¿Estás de acuerdo con la verdad de Efesios 4:29?
Nuestra esperanza al proporcionar las Tres B no es sofocar o mecanizar nuestro tiempo de oración, sino evitar que se convierta en un tren desbocado que podría ir en mil direcciones diferentes. Las pautas permiten que nuestro tiempo sea una bendición para todos nosotros. Nos gusta la dulce comunión. Reímos, lloramos y oramos.
3. Implementar líderes de oración
Cuando un estudio bíblico crece, es difícil para un maestro satisfacer las diversas necesidades de todos los miembros del grupo. Cada mujer lucha de diversas maneras. Algunos hablan de lo que está pasando, mientras que otros esperan hasta que alguien les pregunte. Para la mayoría de los líderes, es difícil equilibrar la responsabilidad de enseñar con el cuidado espiritual a medida que los grupos crecen en tamaño.
Para ayudar a soportar la carga del cuidado, hemos buscado mujeres espiritualmente maduras para que sirvan como líderes de oración. Dividimos el estudio bíblico en grupos de cinco mujeres para cada líder de oración. Esta líder se pone al día regularmente con las mujeres de su grupo más pequeño, se pone al día con las peticiones de oración y se comunica con cualquiera que no haya visto en mucho tiempo. En esos días, cada pocas semanas, cuando tenemos una reunión de oración en lugar de un estudio bíblico, nos dividimos en estos grupos para promover la intimidad dentro de un grupo más grande.
Hechos de modelado 2:42
El uso de listas de oración en la reunión, la incorporación de oraciones grupales y el despliegue de líderes para pastorear a mujeres han ayudado a promover estudios bíblicos que integran el compañerismo a través de la oración con la enseñanza sustantiva de la Palabra.
Por la gracia de Dios, esperamos ser modelo de la comunión que se muestra en Hechos 2:42: “Y perseveraban en la enseñanza y la comunión de los apóstoles, en la fracción del pan y en la oración”.
Nota del editor: este artículo es parte de una serie que aborda temas específicos relacionados con el ministerio entre las mujeres a través de la iglesia local. Para aprender más sobre el ministerio de mujeres, asegúrese de obtener una copia del libro “Ministerio de mujeres: Amar y servir a la Iglesia a través de la Palabra” (Editora Fiel). Este libro presenta una visión para el ministerio entre las mujeres que se basa en la Palabra de Dios, crece en el contexto del cuerpo de Cristo y tiene como objetivo la gloria del Hijo de Dios.
Traducido por Samanta Stein da Silva.
Melissa Kruger trabaja como coordinadora del ministerio de mujeres en Uptown Church (PCA) en Charlotte, Carolina del Norte, y es autora de “ Eve's Envy: Finding Contentment in a World of Covetousness ”, “ Caminando con Dios en la temporada de la maternidad y”. " En todas las cosas: un estudio bíblico devocional de nueve semanas sobre el gozo inquebrantable ". Su esposo, Mike, es el presidente del Seminario Teológico Reformado y tiene tres hijos. Escribe en su blog Wits End , organizado por The Gospel Coalition. Puedes seguirla en Twitter .
fuente https://coalizaopeloevangelho.org/article/3-maneiras-de-incorporar-um-grupo-de-oracaeo-em-seu-estudo-biblico/