Bear Grylls, un aventurero de renombre mundial, ha tomado más riesgos en su vida que la mayoría, incluido escalar el monte Everest. A los 23 años, se convirtió en uno de los más jóvenes en alcanzar la cima, un logro que atribuye tanto a su valentía como a la gracia de Dios.
Hoy en día, a los 50 años, es un ícono global, reconocido por su papel en programas de televisión donde arriesga su vida para enseñar a otros a sobrevivir en la naturaleza.
Antes de su expedición al Himalaya, Grylls enfrentó un grave desafío tras un accidente de paracaidismo que le causó la fractura de su espalda en tres lugares. Sin embargo, logró recuperarse milagrosamente y cumplir su sueño de llegar a la cima del Everest.
En los momentos más difíciles de su ascenso, cuando el miedo y el agotamiento lo asaltaban, se inspiró en pasajes bíblicos que había escrito en papel, lo que le dio fuerza para continuar.
Su autobiografía, “Barro, sudor y lágrimas”, describe los riesgos mortales que enfrentó durante su ascenso, donde las estadísticas indican que uno de cada seis intentos puede resultar fatal.
Grylls también compartió cómo un verso que su esposa le había regalado le brindó consuelo en momentos de ansiedad. Su fe cristiana ha sido un pilar fundamental en su vida, especialmente durante su recuperación tras el accidente que lo mantuvo ocho meses en el hospital.
“Me recordó que, a pesar del dolor y la desesperación, recibí apoyo, amor y bendición; mi vida estaba segura gracias a Jesucristo. Ese don de la gracia ha sido muy poderoso para mí desde entonces”, dijo.
Después de fracasar en la selección del SAS, un amigo le comentó a Grylls que las llamadas de Dios a menudo pasan por un proceso de nacimiento, muerte y resurrección. Durante las exigentes marchas de selección, Grylls y su amigo se apoyaban en la oración, encontrando consuelo en las Escrituras.
Reflexionando sobre su experiencia en el Everest, destacó la importancia de las amistades forjadas en la adversidad y una fe que lo sustentó en todos los momentos difíciles.
A menudo le preguntaban si encontró a Dios en la montaña, a lo que Grylls respondía que no es necesario escalar una gran montaña para encontrar la fe, pero que sintió la ayuda de Dios en cada paso de su camino. Su compañero de escalada, Mick, encapsuló la experiencia al expresar que se sintió extremadamente feliz y asustado al mismo tiempo durante los tres meses de desafío.
Bear Grylls descubrió su fe cristiana en la escuela a los 16 años, lo que le proporcionó un ancla en su vida, especialmente tras la muerte de su padrino, quien fue una figura importante para él. La fe lo ayudó a sobrellevar su dolor y ha sido fundamental en sus aventuras desde entonces.
Además, Grylls atribuyó su capacidad para mantenerse fiel a sus valores en situaciones tentadoras a su fe y su deseo de esperar a su futura esposa.
“Cristo viene a hacernos libres, a traernos vida en toda su plenitud. Él está ahí para perdonarnos cuando nos hemos equivocado, y para ser la columna vertebral de nuestro ser. La fe en Cristo ha sido la gran presencia empoderadora en mi vida, ayudándome a caminar fuerte cuando tan a menudo me siento tan débil”, concluyó.
FUENTE https://www.bibliatodo.com/NoticiasCristianas/bear-grylls-dice-que-isaias-40-le-ayudo-a-escalar-la-montana-mas-grande-del-mundo-cristo-me-ha-ayudado/