En el corazón del norte de Nigeria, donde el evangelio a menudo enfrenta una oposición feroz, si no mortal, un hombre está compartiendo fielmente el amor de Cristo.
Ibrahim Nuhu Almasih, un ex musulmán de habla hausa, ha asumido la difícil tarea de dirigir Salam Great Commission International Outreach, una organización misionera dedicada a compartir el evangelio con los musulmanes en regiones predominantemente hausa.
El trabajo de Almasih no es para los débiles de corazón. Se enfrenta a obstáculos implacables, desde la persecución y las amenazas de muerte hasta los desafíos que conlleva navegar por un panorama socioreligioso complejo. Los datos de Family Search revelan una cruda realidad: el grupo étnico hausa, que predomina en el norte de Nigeria, es 95% musulmán y solo 5% cristiano. Esto crea una atmósfera muy tensa donde la violencia contra los cristianos es común. Las experiencias de Almasih brindan una visión profunda de su fe.
“El factor de la predestinación está ahí”, explicó. “Dios sacará a aquellos predestinados a ser cristianos en su propio tiempo”.
Almasih reflexionó sobre su propio camino y señaló que encontró “luz en el cristianismo” después de una vida de incertidumbre en el Islam, donde el concepto de salvación parecía una apuesta. “En el cristianismo, estoy destinado al cielo y estoy orgulloso de eso”, dijo.
Sin embargo, su camino relativamente nuevo le ha costado un alto precio. Al haber crecido en una zona predominantemente hausa-musulmana, Almasih se enfrentó a una reacción severa al abrazar el cristianismo.
“No fue fácil”, recuerda. “En el noroeste, la conversión al cristianismo se toma muy en serio, lo que lleva a todo tipo de persecuciones”. Aunque ha sufrido múltiples intentos de asesinato, Almasih sigue comprometido con la difusión del evangelio. Ha cambiado su estrategia, pero no su misión.
Debido a los crecientes peligros, Almasih y su ministerio se trasladaron recientemente a Jos, en el estado de Plateau, una zona que él describe como más segura. Sin embargo, incluso allí, las amenazas acechan. “Muchos me aconsejan que no me quede en Jos, citando la proximidad a grupos peligrosos”, compartió.
Sus historias revelan la precaria existencia de los cristianos hausa. Almasih habla de las dificultades que ha enfrentado, desde las luchas con la discriminación burocrática hasta los momentos en que estuvo a punto de ser capturado, en los que fue salvado por musulmanes compasivos que lo protegieron.
“Él puede usar a cualquiera para cumplir su propósito”, dijo Almasih. “Utilizó a musulmanes para rescatarme, por eso me siento obligado a compartir el evangelio con ellos”.
A pesar de los peligros que acechan, la determinación de Almasih es inquebrantable. Saca fuerzas de su fe y de las enseñanzas de Jesús.
“Para vivir una vida recta, hay que ser perseguido”, afirmó.
Almasih no ve la persecución como una barrera, sino como un “endulzante” en su camino de vida, que refuerza su compromiso.
“Mi fe profundamente arraigada en la palabra de Dios no se verá sacudida por la persecución”, insistió.
Un objetivo importante del ministerio de Almasih es desmantelar los conceptos erróneos sobre el cristianismo entre los musulmanes. Destaca la importancia de utilizar dialectos locales en el culto, examina la diferencia entre la rectitud y la santidad y profundiza en el concepto de la Trinidad. Cree que la guía del Espíritu Santo es crucial.
“El Espíritu Santo es el maestro más grande”, dijo Almasih. “Él nos instruye en todas las cosas”.
Almasih ha visto de primera mano que muchos musulmanes están abiertos al evangelio. Compartió una conmovedora historia sobre el hijo del sultán de Sokoto, quien se convirtió después de sentirse conmovido por el principio bíblico de amar a los enemigos.
“Un amor así sólo se puede encontrar en Cristo”, habría declarado el joven.
fuente https://www.persecution.org/2025/02/11/faithful-to-the-gospel-even-in-the-face-of-death/