
En las últimas semanas de la administración Biden, Estados Unidos declaró que las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de Sudán eran culpables de cometer un genocidio en curso en Sudán. Citando el asesinato sistemático de hombres y niños y la violencia sexual generalizada contra las mujeres y niñas del grupo étnico masalit, Estados Unidos impuso una serie de sanciones contra las RSF, sus líderes y las empresas de los Emiratos Árabes Unidos que habían estado apoyando al grupo financieramente.
La declaración de genocidio, que llegó tarde durante el gobierno de Biden, generó comparaciones con la decisión del primer gobierno de Trump de declarar genocidio las acciones de China contra su comunidad musulmana uigur justo un día antes de la investidura del presidente Biden en 2021. Ambas declaraciones fueron confirmadas por el gobierno sucesivo, lo que pone de relieve los altos niveles de evidencia que respaldan una decisión muy analizada.
Las RSF surgieron de los Janjaweed, un grupo de milicias sudanesas que llevaron a cabo el genocidio de Darfur, reconocido por Estados Unidos en 2004.
El conflicto actual, surgido de los combates entre el ejército sudanés y las RSF, ha dado lugar a una de las mayores crisis humanitarias del mundo desde que estalló en 2023. Hasta esta semana, más de 12,5 millones de personas han sido desplazadas por la fuerza como resultado de los combates, según estimaciones de la ONU.
Según los informes, 165 iglesias han tenido que cerrar desde que comenzó la guerra en 2023. Algunas iglesias se utilizan como bases para operaciones militares en la guerra, y las personas que se refugian allí son obligadas a marcharse o incluso asesinadas para dejar paso a los soldados. Los miembros del clero han sido objeto de ataques, y los soldados han disparado o apuñalado a sacerdotes y otras personas durante sus redadas.
El ejército sudanés, bien equipado, a menudo bombardea iglesias, hiriendo o matando indiscriminadamente a quienes se refugian en ellas, incluidos mujeres y niños.
Ambos bandos del conflicto han sido responsables de un inmenso sufrimiento humano y han actuado de forma que directamente matan, dañan y desplazan a civiles. Por temor a perder influencia o ventaja en el campo de batalla, ambos bandos también han impedido que la asistencia humanitaria llegue a quienes la necesitan. En relación con esta cuestión, el año pasado la Casa Blanca pidió a ambas partes que “permitieran de inmediato el acceso humanitario sin trabas a todas las zonas de Sudán” y revocaran sus decisiones de “retrasar y perturbar las operaciones humanitarias que salvan vidas”.
fuente https://www.persecution.org/2025/02/11/genocidal-militia-continues-to-persecute-christians-across-sudan/