Andy Naselli escribió recientemente dos artículos animando y equipando a los creyentes a memorizar libros enteros de la Biblia. Al mismo tiempo que leí sus artículos, celebré los 25 años de Memorización Sistemática de las Escrituras a Largo Plazo [SLTSM]. En conjunto, estos acontecimientos me animaron a reflexionar sobre cómo esta práctica me ha beneficiado.
Mis pensamientos sobre SLTSM se pueden resumir así: sus bendiciones crecen exponencialmente con el tiempo. Sin duda, tiene valor memorizar un pasaje en un período de seis meses, pero he descubierto que las bendiciones de guardar la Palabra de Dios en mi corazón han crecido como una bola de nieve a lo largo de las décadas.
Aquí hay siete bendiciones que he descubierto gracias a la memorización sistemática y a largo plazo de las Escrituras:
1. Permite seguir el ejemplo de la hormiga.
Las exigencias de la vida inundan mis días. Tengo la misma probabilidad de drenar un pantano entero que de pasar una mañana entera memorizando las Escrituras. Pero la mayoría de los días, apenas tengo tiempo para poner una migaja en la punta de mi lengua y llevarla de una habitación a otra como una hormiga (Pr 30:24,25).
Las migajas se acumulan. Memorice las Escrituras durante 15 minutos al día, cinco días a la semana, durante dos décadas, y habrá pasado 1.300 horas memorizando las Escrituras.
Aprender de la hormiga me motivó a ser metódico al practicar otras disciplinas; Desarrollé estrategias paralelas para escribir, orar y preparar sermones. Los métodos similares a los de las hormigas para las disciplinas espirituales se multiplican con el tiempo.
2. Junto con la oración, me ofrece la manera más inmediata e intencional de buscar la santificación.
El paradigma de la santificación progresiva es simple. Mientras contemplamos profundamente el rostro de nuestro Salvador, el Espíritu nos transforma gentilmente para ser cada vez más como Él (2 Cor. 3:17-18; 1 Juan 3:3). La santificación ocurre a lo largo de los años y debemos elegir participar. SLTSM ofrece una estrategia primaria para la santificación (Fil. 2:12-13).
SLTSM es mi primera línea de defensa en la lucha contra la tentación. No puedo decirte cuántas veces me he predicado Filipenses 4:8-9. Después de todo, si tengo la tentación de pensar en chocolate, no tiene sentido decirme a mí mismo que no deba pensar en Snickers. Necesito un enfoque alternativo.
3. Nos permite identificar ideas de las Escrituras que tardamos años en comprender.
Cuando pienso consistentemente en un pasaje durante años, mi conocimiento crece geométricamente. Por ejemplo, memoricé a Filemón hace más de 20 años. Esta breve carta ofrece un estudio de caso sobre cómo motivar a otros a liberar el perdón. Meditar sobre ello durante 20 años me ha permitido percibir maravillosas sutilezas en el enfoque de Pablo. Por ejemplo, anima a Filemón:
“Y al mismo tiempo preparadme alojamiento, pues espero que por vuestras oraciones me lo concedáis.” (v.22)
Las primeras 500 veces que pensé en Filemón, este versículo no me llamó la atención. Parecía un comentario aleatorio sobre planes de viaje. Pero en algún momento a lo largo de los años, se me ocurrió que la palabra griega traducida como “conceder” a menudo se traduce como “perdonar”. “Yo te seré dado”, fue entonces un recordatorio, sutil además, para su amigo de que si Filemón esperaba ser el que recibiera los regalos, también debía otorgárselos a Ensimo.
SLTSM me permite leer la Biblia en su conjunto de manera más efectiva. La Biblia interactúa consigo misma. El estudiante de la Palabra que ha memorizado el Salmo 110 o el Cántico del Siervo Sufriente de Isaías procesará más eficientemente las citas directas en otros lugares y verá alusiones que de otra manera no serían evidentes.
4. Ella te enseña qué orar.
Memorizar las grandes oraciones de Pablo en Efesios 3:14-21 o Colosenses 1:9-14 me da palabras para orar. Memorizar las bendiciones (Números 6:24-26; Romanos 15:133; Judas 24-25) permite que las palabras de esas oraciones fluyan de mí mientras bendigo a nuestra congregación.
Además, SLTSM me da palabras para orar en tiempos de crisis (Hebreos 4:14-16). En septiembre de este año, hubo un terrible accidente automovilístico en nuestra comunidad. Se perdieron dos vidas y la vida de una joven estaba en juego. Corrí al hospital para estar con mi familia. No hubo tiempo para buscar oraciones de emergencia en Google. Caí de rodillas y oré por ella como lo habría hecho si fuera mi propia hija.
SLTSM también organiza proyectos de oración a largo plazo. Mantengo proyectos de oración privados en fichas con los versículos que repaso. Cuando un amigo sufrió una profunda decepción en el ministerio pastoral, escribí su nombre en mi tarjeta de Nehemías 12:43. Mientras leía este versículo, pregunté una y otra vez: “Señor, ¿podrías cuidar de mi amigo al otro lado de este valle y llevarlo a un momento de alegría?”
5. Conserva recuerdos de cuando la Palabra de Dios fue impresa en usted.
Hay momentos en la vida cristiana en que el Espíritu toca nuestros corazones de una manera particular. Añoro esos momentos. Sin embargo, si no los busco intencionalmente, los asuntos de la vida alejan esos momentos de mis pensamientos. SLTSM maximiza mis experiencias de esos momentos.
Por ejemplo, me convencí de una verdad teológica a principios de 2013 cuando leí el artículo de John Piper “¿Cuánto de la Gran Comisión queda por hacer?” Comienza diciendo: “Deberíamos sorprendernos de cuán sacrificada es la tarea restante de las misiones mundiales”. Piper continúa compartiendo estimaciones de cuántos grupos de personas aún no han sido alcanzados. Con la convicción de ese momento, memoricé Mateo 24:14 y en mi tarjeta de estudio escribí: “11.310 grupos de personas, de los cuales 6.405 no han sido alcanzados”. Ahora, cada vez que reviso este versículo, le pido a Dios que permita que nuestra iglesia sea parte de alcanzar a los no alcanzados.
6. Proporciona una herramienta para discipular a otros.
Pablo instruyó a Timoteo a confiar a hombres fieles lo que ellos también estarían capacitados para enseñar a otros (2 Tim. 2:1-2). SLTSM ha sido una de mis estrategias más efectivas para compartir la Biblia. El método es sencillo y fácil de transmitir. No sé en cuántas generaciones de SLTSM he estado involucrado, pero me gustan las matemáticas. Si una persona puede enseñar a otras cinco a hacer SLTSM, y si esto continúa durante seis generaciones, el número aumenta a más de 15.000.
Incluso si unos pocos adoptan el sistema, SLTSM puede dar ejemplo a todo su rebaño y enfatizar el valor eterno de la Palabra de Dios. No hablo mucho de mi memorización de las Escrituras desde el púlpito, pero con el tiempo otros aprenden de mi compromiso y eso influye en sus objetivos.
7. Te convierte en un lector de teología más eficiente.
Las grandes obras de teología abordan todo el consejo de Dios, pero los autores evitan citar todos los pasajes relevantes porque eso interrumpiría el flujo de sus argumentos. (Los teólogos a menudo citan pasajes entre paréntesis). SLTSM me permite involucrarme más inmediatamente con los pasajes a los que apelan entre paréntesis.
Traducido por Guilherme Cordeiro.