
Una nueva ola de violencia se ha extendido por Siria. Cristianos en la región están atemorizados; ayer, cultos fueron cancelados y muchos están considerando abandonar el país. Más de mil personas, en su mayoría civiles, han sido asesinadas en los últimos cuatro días en la zona costera del país, que ocupa el puesto 18 en la Lista Mundial de la Persecución 2025.
Hasta ahora, solo se ha podido confirmar la muerte de un padre y su hijo cristianos el jueves. El viernes, otro cristiano fue asesinado en su casa tras ser alcanzado por una bala, probablemente perdida, en medio de los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad del nuevo gobierno y los simpatizantes del anterior régimen.
El sábado, los tres líderes de las principales iglesias en Siria emitieron un comunicado conjunto sobre la violencia: “En los últimos días, Siria ha sido testigo de una peligrosa escalada de violencia, brutalidad y asesinatos, que han resultado en ataques contra civiles inocentes, incluidas mujeres y niños. Hogares han sido invadidos, su santidad ha sido violada y propiedades han sido saqueadas, escenas que reflejan claramente el inmenso sufrimiento que ha soportado el pueblo sirio”.
“Las iglesias cristianas condenan enérgicamente cualquier acto que amenace la paz civil, denuncian y condenan las masacres dirigidas contra civiles inocentes y exigen el cese inmediato de estos actos horribles, que van en total oposición a todos los valores humanos y morales”, concluyen los cristianos. En ciudades como Latakia y Tartous, muchas tiendas y casi todos los restaurantes han cerrado. Una cristiana de la región expresó su temor de que comience un período de venganza y terror.
Toque de queda
Toda esta violencia trae recuerdos traumáticos a muchos sirios que vivieron las atrocidades del dominio del Estado Islámico. “Todos los cristianos que conozco ahora quieren irse del país”, dice una fuente local. Los combates comenzaron el jueves 6 de marzo en áreas de mayoría alauita, un grupo étnico musulmán al que pertenecía el expresidente Bashar al-Assad. Los partidarios del antiguo régimen tomaron las armas y atacaron a las fuerzas de seguridad del nuevo gobierno, matando a varios de ellos. En respuesta, el nuevo líder del país, Ahmed al-Sharaa, envió refuerzos para sofocar la violencia.
Se ha impuesto un toque de queda en Homs, Tartous y Latakia. En los últimos días, han circulado informes de que las fuerzas de seguridad sirias han asesinado presuntamente a 830 civiles alauitas. Además, la BBC, citando al Observatorio Sirio de Derechos Humanos, reporta que “231 miembros de las fuerzas de seguridad y 250 combatientes pro-Assad” han muerto.
“Los asesinatos de civiles en las áreas costeras del noroeste de Siria deben cesar inmediatamente. Estamos recibiendo informes extremadamente preocupantes sobre familias enteras, incluidas mujeres y niños, siendo asesinadas. Hay reportes de ejecuciones sumarias por motivos sectarios, llevadas a cabo por perpetradores no identificados, miembros de las fuerzas de seguridad del gobierno interino y elementos vinculados al antiguo régimen”, declaró Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en un comunicado de prensa.
Puertas Abiertas también condena enérgicamente la violencia y pide oración por la situación en Siria. Más que nunca, la unidad del cuerpo de Cristo en todo el mundo es necesaria para interceder por nuestros hermanos en la fe en Siria.
Pedidos de oración
Ora para que la reciente violencia no marque el inicio de otra guerra civil en un país que ha sufrido tanto en los últimos 14 años.
Intercede para que se haga justicia y se detengan los asesinatos de personas inocentes.
Clama por la protección de nuestros hermanos y hermanas en Siria, especialmente en las ciudades de Tartous y Latakia y las aldeas cercanas.
Pide que la violencia no provoque un nuevo éxodo de cristianos de Siria.
fuente https://puertasabiertasal.org/cristianos-perseguidos-noticias/explosion-de-violencia-deja-mas-de-mil-muertos-en-siria