Muchas veces la gente se jacta y piensa que puede contener el pecado, particularmente el orgullo. Piensan que en lugar de que el pecado los domine a ellos, son ellos los que pueden dominarlo. Este tipo de pensamiento demuestra que un desastre está a punto de ocurrir.
El orgullo no es algo que se pueda gestionar. No para ti. Él se opone y destruye.
Hubo una historia inquietante aquí en el área de Omaha. Un hombre de 34 años solía caminar por su vecindario mostrando su boa constrictor de 6 pies a sus vecinos. A menudo dejaba que la serpiente se enroscara alrededor de los niños y se deslizara por sus trampolines. A él le gustaba presumir de su serpiente.
En una de esas ocasiones, en junio del año pasado, la serpiente se enroscó alrededor de su cuello. En cuestión de minutos estaba sin aliento, en el suelo y, poco después, muerto. Tu mascota se ha convertido en tu torturador en cuestión de segundos. Este hombre había sobreestimado su capacidad para dominar a la serpiente y subestimado el deseo de la serpiente de dominarlo.
A menudo ocurre lo mismo con el pecado del orgullo.
Las semillas sutiles del orgullo se convierten en un roble de autoadoración en el corazón. Nabucodonosor no construyó una estatua de 40 pies de altura exigiendo adoración en su primer día en el cargo, pero con el tiempo, pareció tener sentido. Fue el camino progresivo del orgullo.
Salomón no permitió la adoración de dioses falsos en su primer día de reinado. Sin embargo, fue la lenta progresión de la idolatría y el orgullo, a medida que su corazón se fijaba en las mujeres extranjeras y su fama, lo que cambió la temperatura de la adoración de Israel, dando como resultado un reino dividido.
Ni siquiera Judas se dio cuenta de las ramificaciones de su deseo de dinero y libertad. Podemos saber esto porque cuando su plan finalmente se materializó, una boa constrictor de culpa se apretó alrededor de su cuello. Estaba avergonzado y arruinado.
Fue el orgullo lo que animó a Satanás en el jardín y llevó a Eva a pecar. Es el orgullo que eleva sutilmente nuestro ser contra Dios. Fue el orgullo el que planeó y llevó a cabo la muerte de Jesús.
El orgullo no es algo que debamos tomar a la ligera. Es algo que hay que identificar y mortificar. Es decir, nosotros como cristianos debemos ser conscientes de nuestra susceptibilidad a ella, debemos identificarla en nuestros corazones y trabajar activamente para eliminarla a través del arrepentimiento y la fe en Cristo.
Erik Raymond es el pastor principal de Emmaus Bible Church en Omaha, NE. Él y su esposa Christie tienen seis hijos. Puedes seguirlo en Twitter.
fuente https://coalizaopeloevangelho.org/article/naeo-se-pode-domesticar-o-orgulho/