Si nos sentamos en una silla y contemplamos honestamente el alcance de la iglesia, estaremos un poco perplejos. Está claro que el plan de Dios en y a través de la iglesia es demostrar su multiforme sabiduría: “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales” (Efesios 3:10). Al mismo tiempo, hay muchas personas con gran influencia y capacidad que no son creyentes. ¿Alguna vez te has preguntado por qué Dios decidió pasar por alto a algunos con tantas “promesas” solo para darles nueva vida a otros?
Esto no dejó perplejo a Jesús. De hecho, le sirvió como ocasión para alabar a su Padre por tal muestra de sabiduría:
En aquel tiempo, Jesús dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó». (Mt 11,25-26).
En esta sección de Mateo, Jesús nos permite asomarnos a su lugar de oración para escuchar este hermoso diálogo intratrinitario. Y cuando miramos hacia adentro, escuchamos a Jesús agradeciendo al Padre por la sabiduría de lo que Él decretó en Su revelación y lo que no reveló. Él ocultó cosas a los sabios y las reveló a los niños.
Las “cosas” que están ocultas o reveladas son el contenido de la enseñanza de Jesús. Debemos recordar que Él acababa de criticar severamente a los líderes religiosos. Éstas eran las personas sabias, eruditas y respetadas de la época. La base sobre la cual se basó el juicio fue lo que hicieron con Su enseñanza. Ellos lo rechazaron y así demostraron su necedad. Por otra parte, Jesús está rodeado de sus discípulos. Estos mismos discípulos probablemente serían etiquetados como inadaptados religiosos por las élites culturales a las que admiraban. En marcado contraste, están los bebés, aquellos que reciben humildemente sus enseñanzas como un niño.
Jesús está alabando a Dios por Su sabiduría como se muestra en esta misma escena. Dios no necesita la sabiduría ni el poder de los hombres para exaltarlo. Él mostrará su sabiduría en la aparente locura del mensaje y en la demostración de su gracia (1 Cor 1:18-31). Por supuesto, esto no significa que sea imposible para la gente inteligente convertirse. A lo largo de la historia de la iglesia, Dios ha elegido mostrar Su gracia salvando a todo tipo de personas. Sin embargo, cuando Dios salva a alguien, nunca es su sabiduría ni sus logros los que lo salvan, sino más bien su fe sencilla e infantil en la verdad del evangelio.
Esta publicación se publicó originalmente en ligonier.com.
Erik Raymond es el pastor principal de Emmaus Bible Church en Omaha, NE. Él y su esposa Christie tienen seis hijos. Puedes seguirlo en Twitter.
fuente https://coalizaopeloevangelho.org/article/ocultado-dos-sabios/