HAGA CLIC EN SUS REDES SOCIALES A CONTINUACIÓN PARA VOLVER A PUBLICAR ESTE ARTÍCULO

Todo lo que sucede en el Perú y en el mundo que influye en la iglesia y el cuerpo de Cristo

Recibe noticias gratis a través de nuestros canales de noticias haciendo clic en los enlaces a continuación

SERVICIOS QUE OFRECEMOS

PUBLICIDAD EN LINEA 2
HAZ CLICK AQUÍ Y COLOCA TU ANUNCIO GRATIS

- NOTICIAS GRABADAS EN MP3

- SERVICIO DE NOTICIAS EN SU SITIO WEB

-PERIÓDICO EN PDF

-PUBLICIDAD GRATUITA EN LÍNEA Y EN EL PERIÓDICO

DE LUNES A VIERNES - 10 NOTICIAS QUE TIENEN IMPACTO Y TAMBIÉN TE HARÁN PENSAR

HAGA CLIC EN SUS REDES SOCIALES A CONTINUACIÓN PARA VOLVER A PUBLICAR ESTE ARTÍCULO
75 años de ACNUR: mantenemos vivas nuestras promesas colectivas
HAGA CLIC EN SUS REDES SOCIALES A CONTINUACIÓN PARA VOLVER A PUBLICAR ESTE ARTÍCULO

"Refugiados, no están solos”.


Ese es nuestro mensaje para ustedes hoy y todos los días. En este momento, más de 117 millones de personas siguen desplazadas por la fuerza en todo el mundo, tras haber sido forzadas a huir de sus hogares. Cada minuto, alguien escapa de la guerra o la persecución solo para sobrevivir.


El derecho a solicitar asilo – nuestro compromiso colectivo de ofrecer protección a las personas con un temor fundado a ser perseguidas o que huyen del conflicto y la guerra – fue firmado por los Estados en 1951. Sin embargo, esa promesa que el mundo hizo hace casi 75 años de proteger a las personas forzadas a huir de sus hogares se encuentra amenazada, ahora más que nunca.


Los desafíos son inmensos: el desplazamiento es ahora más complejo y duradero; la paz es difícil de alcanzar; y la falta de financiación está reduciendo drásticamente los programas esenciales. A veces, puede parecer que el miedo y la división están ahogando la compasión. Los espacios de asilo se están reduciendo. La xenofobia va en aumento.


Y escuchamos voces que socavan la Convención sobre los Refugiados, que nació de los horrores de la Segunda Guerra Mundial para garantizar que quienes huían para salvar sus vidas pudieran encontrar protección. La financiación humanitaria se ha reducido drásticamente – en el caso de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, en un 35 por ciento en lo que va de año –, lo que deja a millones de personas sin acceso a protección, alimentos, alojamiento y servicios de protección vitales, por no hablar de los medios para empezar de nuevo de forma independiente.


Nuestra respuesta es sencilla: el principio del asilo es indispensable y salva vidas. Debe respetarse. El domingo 14 de diciembre de 2025 se cumplirán 75 años desde la adopción del Estatuto de 1950 de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Durante estas décadas, la Convención ha salvado millones de vidas. Y nuestro mandato – proteger a quienes se ven forzados a huir y ayudarles a reconstruir sus vidas con dignidad – sigue siendo tan crucial como siempre.


Y más allá del ruido, hay otra historia viva: una historia de esperanza. Comunidades de todo el mundo siguen apoyando a las personas refugiadas. Voluntarios que reciben a las familias en los aeropuertos. Maestros que encuentran espacio en las aulas. Vecinos que abren sus puertas. Empresas que ofrecen trabajo. Universidades que conceden becas. Personas comunes siguen haciendo cosas extraordinarias, demostrando que la humanidad vence al odio.


Y por eso es un placer estar aquí sentado junto al Jefe Sodea, ganador global del Premio Nansen para los Refugiados de este año. Él les describirá, mucho mejor de lo que yo podría hacerlo, el poder de la población local que ayuda a quienes, sin tener culpa alguna, dependen de otros.


Su historia demuestra que existen soluciones y que debemos unirnos para encontrar más.


La próxima semana, aquí en Ginebra, en la Revisión del Progreso del Foro Mundial sobre los Refugiados, se reunirán nuestros principales socios. Juntos buscaremos formas de: fortalecer los sistemas de asilo para tomar decisiones rápidas y justas; ampliar las vías seguras, como el reasentamiento, la movilidad laboral y la reunificación familiar; invertir en alianzas locales y organizaciones dirigidas por refugiados; aprovechar la innovación, incluidas las herramientas digitales para el registro, el apoyo financiero y la educación; y trabajar con socios del mundo del deporte, de religión, del ámbito académico y de los negocios para diseñar respuestas eficaces. Juntos, desde la base, podemos superar el miedo y la división. Podemos mantener viva la esperanza.


ACNUR nació de la determinación del mundo de reconstruirse después de la guerra y de la creencia compartida de que proteger a las personas refugiadas es una responsabilidad universal. Ese espíritu de solidaridad es ahora más necesario que nunca. La promesa del asilo debe mantenerse viva y las personas refugiadas no deben quedar excluidas. Por eso, hoy enviamos un mensaje claro a todas las personas que se ven forzadas a huir: no están solas.


fuenter https://www.acnur.org/noticias/notas-de-prensa/75-anos-de-acnur-mantenemos-vivas-nuestras-promesas-colectivas


PUEDO AYUDAR?