¿Qué tienen en común estos libros? El sexto volumen del Comentario Bíblico de Matthew Henry, El Silmarillion de J.R.R. Tolkien y El Sentido de Todo de Charles Krauthammer. Estos autores fallecieron antes de completar estas obras. En cada caso —y hay muchos más— otro autor editó y completó la obra.
La Biblia no es diferente.
Las Escrituras son claras en que Moisés escribió el Pentateuco, los primeros cinco libros del Antiguo Testamento (Dt 4:14; 5:1-2; 1 R 2:3; 8:9; 2 R 14:6; Esd 7:6; Neh 1:7; 8:1; Sal 103:7; Dn 9:13; 2 Cr 23:18; 25:4; Mal 4:4; Mt 19:7-8; 22:24; Hch 3:22; 7:37-38; Rm 10:19; 1 Co 9:9; Heb 9:19; Ap 15:3). Sin embargo, mantener la autoría mosaica del Pentateuco plantea una pregunta interesante: ¿quién escribió sobre la muerte y sepultura de Moisés en Deuteronomio 34?
A lo largo de los siglos, los eruditos y comentaristas bíblicos han discrepado sobre quién escribió Deuteronomio 34. Por ejemplo, la tradición judía cita a Josué. En su comentario sobre Deuteronomio, Juan Calvino reconoce la "probable conjetura de los antiguos" de que Josué escribió Deuteronomio 34, pero admite que el sacerdote Eleazar también es un candidato probable. John Gill afirma que Josué podría ser el autor y también admite que Eleazar, Samuel y Esdras también podrían serlo.
Comentaristas más recientes, como Eugene Merrill, Edward J. Woods y Dan Block, simplemente no identifican al autor.
¿Posiblemente Moisés?
No sería descabellado pensar que Moisés escribió el relato de su propia muerte y sepultura, sobre todo porque Dios le reveló su palabra y sus obras (Salmo 103:7). Hay otros ejemplos en las Escrituras que dan cierta credibilidad a la idea de que Moisés presentía su muerte inminente y la describió.
Esto sería coherente con la revelación de Dios de eventos futuros en otras ocasiones. Dios reveló su plan de destruir Sodoma y Gomorra a Abraham (Génesis 18:17-33). Dios le reveló a Ezequiel, en tiempo real, que Nabucodonosor estaba en una encrucijada, buscando guía de oráculos sobre qué camino tomar (Ezequiel 21:18-23). En Ezequiel 8, Dios le revela a Ezequiel, mientras estaba en el exilio cerca del río Éufrates, lo que estaba sucediendo en el templo de Jerusalén. Mateo 16:21 indica que Jesús sabía lo que le sucedería: sufrimiento, crucifixión y resurrección, en Jerusalén. Por lo tanto, Dios podría haberle revelado a Moisés lo que sucedería en sus últimos días. Después de todo, Dios le reveló lo que sucedió antes de su nacimiento (Génesis 1:1 – Éxodo 1:22).
Sin embargo, es más probable que alguien más escribiera Deuteronomio 34, y hay indicaciones en las Escrituras y la tradición judía en cuanto a la probable identidad del autor.
¿Eleazar?
Eleazar, hijo de Aarón y sucesor como sumo sacerdote, es citado a menudo como posible autor de Deuteronomio 34. Desempeñó un papel importante en la vida de Israel durante los ministerios de Moisés y Josué. Fue nombrado jefe de la tribu de Leví (Núm. 3:32) y estaba a cargo de supervisar las tareas del santuario (Núm. 4:16). En el desierto, Eleazar recibió la tarea de inventariar el botín de guerra tras la batalla de Israel contra Madián (Núm. 31). También ayudó a Moisés y Josué a distribuir la tierra entre las tribus de Israel (Núm. 34:17; Josué 14:1).
Además, Eleazar era levita. Los levitas estaban a cargo del cuidado de la ley (Dt 31:9, 26) y de enseñarla (Nm 31:21; Dt 33:10; 2 Cr 17:9; 35:3). Su posición como sumo sacerdote y su servicio junto a Moisés y Josué podrían haberle otorgado las cualidades necesarias para actualizar Deuteronomio tras la muerte de Moisés.
¿Esdras?
Se describe a Esdras como un escriba digno, versado en la Ley de Moisés y que se había propuesto estudiar la Ley del Señor y ponerla por obra (Ester 7:6, 10). Esdras fue responsable de restaurar la adoración fiel entre el remanente que regresó del exilio.
Como parte de su labor de restauración, la tradición judía le atribuye dos acciones relevantes para nuestro tema. En primer lugar, fue responsable de actualizar el lenguaje de la Biblia hebrea. En segundo lugar, en los Talmuds de Jerusalén y Babilonia, los rabinos indican que Esdras completó la actualización, recopilación y organización de los libros del Antiguo Testamento. Además, 2 Macabeos 2:13 sugiere que Esdras disponía de una gran biblioteca para llevar a cabo su trabajo sobre el canon del Antiguo Testamento. Dada su actividad literaria y los recursos disponibles, podría haber sido responsable de cerrar el Pentateuco con la descripción de la muerte y sepultura de Moisés.
¿Samuel?
Samuel es uno de los principales candidatos a la autoría de Deuteronomio 34, dada su posición ante el Señor (1 Sam 2:21; 3:19) y también su rol como profeta. Los profetas del Antiguo Testamento fueron inspirados por Dios (1 P 1:10-12; 2 P 1:20-21) y muchos escribieron sus profecías (Isaías, Ezequiel, Joel, Miqueas, etc.).
Sin embargo, según la división de la Biblia hebrea, existen más libros proféticos. Los libros que consideramos históricos (Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes) también se consideran proféticos. Esto significa que estos libros no son simplemente un registro histórico de Israel; son una "historia sagrada" escrita por un profeta para registrar las acciones de Dios entre su pueblo del pacto (1 Crónicas 29:29). Por lo tanto, el profeta Samuel escribió las historias sagradas de Jueces y los libros de Samuel hasta su muerte. Algunos añadirían el libro de Josué a la lista de libros que escribió Samuel. Las Escrituras también evidencian la actividad literaria de Samuel en 1 Samuel 10:25 y 1 Crónicas 29:29. Por lo tanto, Samuel, como profeta, habría tenido autoridad divina para completar Deuteronomio. Y esto explicaría la afirmación que se encuentra en Deuteronomio 34:10: "Nunca más se levantó en Israel un profeta como Moisés".
La evidencia apunta a Josué.
Sin embargo, Josué parece ser el candidato más probable para la autoría de Deuteronomio 34. La mayoría de los comentaristas y las tradiciones judías coinciden con esto. John Peter Lange afirma que, del mandato dado a Josué en Josué 1:8 (compárese con Deuteronomio 4:2; 13:1), se desprende claramente que meditaba y ponía en práctica la Palabra de Dios.
Josué fue asistente de Moisés desde su juventud y probablemente aprendió a amar la Palabra de Dios mientras servía a Moisés (Números 11:28; véase también Éxodo 33:11). Las Escrituras también muestran evidencia de la actividad literaria de Josué en Deuteronomio 31:19 y Josué 24:26.
Aunque Dios podría haber comunicado el relato de la muerte y entierro de Moisés a cualquiera de los hombres mencionados anteriormente, una simple lectura de Deuteronomio 34 parece indicar que Josué es el autor más probable.
¿Realmente importa?
Aunque tenemos cierto grado de certeza sobre la autoría de Deuteronomio 34, en última instancia no estamos seguros de quién lo escribió. Muchos siguen el sabio consejo de Calvino y dejan "la cuestión de poca importancia sin definir". Por lo tanto, cuando un pastor predica sobre Deuteronomio 34, puede ofrecer su opinión sobre su autor, ya que existen varios candidatos. Sin embargo, el pastor solo debe sugerir su opinión.
Al instruir a su congregación sobre la inspiración de las Escrituras y los autores de los 66 libros de la Biblia, el pastor puede señalar que tal sugerencia de un autor distinto de Moisés para Deuteronomio 34 no compromete ni la autoría mosaica del Pentateuco ni la inspiración de las Escrituras. De nuevo, las Escrituras incluyen indicaciones de adiciones y actualizaciones divinamente autorizadas. Por ejemplo, Proverbios 25:1 habla de los siervos del rey Ezequías que recopilaron algunos de los proverbios de Salomón.
Aunque David fue el autor de muchos salmos, es evidente que alguien más los colocó en la secuencia que tenemos hoy; por ejemplo, el Salterio se divide en cinco libros, muchos de los cuales contienen salmos de otros autores. Éxodo 13:17 menciona el «camino de la tierra de los filisteos», una actualización del nombre de un lugar más antiguo, ya que los filisteos no vivían en esa zona en la época del éxodo.
Y Samuel no pudo haber escrito 2 Samuel, puesto que ya había muerto; por lo tanto, es probable que Natán o Gad terminaran su obra (1 Crónicas 29:29).
Los 16 ministros que completaron el magistral comentario de Henry, Christopher Tolkien y Daniel Krauthammer se aseguraron de honrar a sus predecesores al completar sus obras. Y en lo que respecta a las Escrituras, podemos confiar en que Dios supervisó e inspiró incluso a quienes realizaron las actualizaciones y adiciones (2 Timoteo 3:16).
Traducido por Marcos D. Muhlpointner
Richard McDonald es profesor adjunto de interpretación del Antiguo Testamento en el Seminario Teológico Bautista del Sur y en Boyce College. Es autor de varios artículos y reseñas de libros y, cuando tiene tiempo, del sitio web yourhebrewtutor.com. Él, su esposa Nancy y sus dos hijos viven en Louisville, Kentucky, EE. UU.
FUENTE https://coalizaopeloevangelho.org/article/quem-escreveu-o-obituario-de-moises-em-deuteronomio-34/







