En un instante, lo que parecía una fortaleza insuperable se convirtió en un montón de escombros. Los muros de Jericó, símbolo de resistencia y obstáculo para la promesa de Dios, yacían en ruinas (Josué 6). Este no fue el resultado de una estrategia militar convencional, sino de una obediencia radical a un plan divino aparentemente absurdo. Como cristianos obedientes, con un deseo intenso de extender el evangelio, nos encontramos ante: barreras culturales, religiosas y sociales que parecen imposibles de superar. ¿Qué podemos aprender de este evento milagroso que transformó la historia de Israel?
La táctica de la iglesia de hoy puede seguir el mismo patrón que vemos en la conquista de Jericó, obediencia, perseverancia paciente y estrategia divina sobre sabiduría humana. Estas cualidades, aplicadas en nuestro contexto, tienen el poder de derribar las barreras más formidables que enfrentamos en la expansión del Reino de Dios.
Perseverancia paciente: Los israelitas tuvieron que marchar alrededor de Jericó una vez al día durante seis días, y siete veces el séptimo día (Josué 6:14-15). Esta tarea repetitiva requería una perseverancia paciente, confiando en que Dios cumpliría Su promesa en Su tiempo. Como cristianos a menudo nos enfrentamos a situaciones donde los resultados no son inmediatos y el progreso parece lento.
La parábola de la viuda persistente (Lucas 18:1-8), apoya este principio. Jesús cuenta la historia de una viuda que clama ante un juez injusto hasta que él finalmente cede y le hace justicia. Jesús utiliza esta parábola para enseñarnos sobre la importancia de la oración constante y la persistencia en la fe, afirmando: \"¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?\" (Lucas 18:7). Así como la viuda no cesó en su clamor, nosotros no debemos cesar en nuestra labor, aunque no veamos resultados inmediatos.
En el contexto misionero, esta paciencia es esencial. No debemos rendirnos cuando los frutos no son visibles. La semilla que plantamos puede tardar en germinar. Sin embargo, debemos seguir adelante, recordando que es Dios quien trae la cosecha en su tiempo. Josué y los israelitas no vieron cambios en los muros hasta el último día, pero su perseverancia fue recompensada con una victoria milagrosa. De la misma manera, en la misión, debemos seguir avanzando. Sabiendo que Dios está obrando detrás de escena, aunque no lo percibamos de inmediato.
Estrategia divina sobre sabiduría humana: El plan de Dios para la conquista de Jericó desafiaba toda lógica militar. De la misma manera, en la actualidad, Dios a menudo nos llama a estrategias que van en contra de la sabiduría convencional. En la medida que vamos ganando experiencia se hace fácil depender de nuestras habilidades, planes y estrategias humanas. Pensamos que, si tan solo seguimos ciertos pasos o adoptamos métodos de evangelización específicos, veremos resultados. Pero la historia de Jericó nos recuerda que la verdadera victoria proviene de seguir la estrategia de Dios, aunque esta parezca contradecir el sentido común.
La historia de Gedeón (Jueces 7) ejemplifica esto perfectamente. Dios redujo intencionalmente el ejército de Gedeón de 32,000 a solo 300 hombres para enfrentar a un ejército vastamente superior. La estrategia de Dios, que implicaba trompetas y cántaros rotos, parecía absurda, pero resultó en una victoria milagrosa. Debemos estar atentos a las estrategias divinas que, aunque pueden parecer contraproducentes, abren el camino al verdadero triunfo.
En la historia de Jericó, Dios nos muestra que Su camino es el único que garantiza la conquista. La perseverancia paciente y la obediencia a la estrategia divina son esenciales en la obra misionera. No debemos depender de nuestros propios métodos ni rendirnos ante la falta de resultados inmediatos. Dios nos llama a caminar en fe, confiando en que Él derribará las barreras a Su tiempo y a Su manera.
Hoy es el momento de reexaminar nuestras actitudes ante las barreras que enfrentamos en la misión. ¿Estamos confiando en la sabiduría humana o estamos dispuestos a seguir la estrategia divina, aunque no la entendamos por completo? ¿Estamos perseverando pacientemente, sabiendo que Dios está obrando, aunque no veamos resultados inmediatos? Hoy te invito a caminar en obediencia y fe, sabiendo que, los muros caerán, no por nuestra fuerza, sino por el poder de Dios.
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Esta serie semanal titulada Su bendita Palabra me impulsa está diseñada para descubrir que el plan de Dios para ti es evidente desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
Angel Guerrero.
Ministerio Palabra Viva.
Tema 23, lunes 16 de septiembre, 2024.
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