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Puentes de Fe: La Nueva Generación y el Llamado.
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Sobre las llanuras de Moab, Moisés renueva el pacto de Dios con una generación que no ha conocido la esclavitud de Egipto (Deuteronomio 29). Sus palabras atraviesan los siglos y llegan hasta nosotros, con una verdad eterna que trasciende el tiempo y el espacio. En este momento crucial de la historia de Israel, encontramos un prototipo para la vida cristiana en nuestra era.

 

 

La renovación del pacto en Deuteronomio no es solo un evento histórico, sino un modelo dinámico para transmitir fe y compromiso con Dios a cada nueva generación. Como cristianos fieles, estamos llamados a ser como Moisés en nuestro tiempo, renovando el pacto con una generación que enfrenta desafíos diferentes. Esta historia puede guiar nuestro rumbo ministerial partiendo de los siguientes tres pilares:

 

  1. La Importancia de la Memoria Histórica

Moisés comienza recordando al pueblo las obras poderosas de Dios, esta referencia a la historia compartida del pueblo es crucial para entender su identidad y propósito. De manera similar, nuestro trabajo debe estar arraigado en una comprensión profunda de la historia de la salvación. Debemos llevar el mensaje del evangelio con una comprensión clara del contexto histórico de nuestra fe. Consideremos la historia de Felipe y el etíope en Hechos 8:26-40. Felipe no comenzó su explicación del evangelio en el vacío, sino que partió de las Escrituras que el etíope estaba leyendo, conectando el Antiguo Testamento con la obra redentora de Cristo. Esta conexión histórica fue crucial para la comprensión y conversión del etíope.

 

  1. La Centralidad de la Obediencia

En Deuteronomio 29 se enfatiza la importancia de guardar las palabras del pacto: “Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis” (v. 9). La obediencia es presentada como la respuesta apropiada al amor y la fidelidad de Dios. En nuestras misiones, debemos subrayar que la fe genuina se manifiesta en una vida de obediencia a Dios. Una vida de obediencia requiere valentía, es práctica, específica, tiene consecuencias positivas y es un testimonio muy poderoso. En nuestras enseñanzas debemos enfatizar que seguir a Cristo conlleva un compromiso diario de vivir obedeciendo Sus enseñanzas.

 

  1. La Promesa de Bendición y Advertencia contra la infidelidad

 

Deuteronomio 29 presenta tanto bendiciones para la obediencia como advertencias contra la infidelidad: “Para que tú entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios concierta hoy contigo” (vs. 12). El capítulo también advierte sobre las consecuencias de apartarse de Dios (versículos 18-28). En nuestro enfoque misionero, debemos proclamar que seguir a Cristo no solo asegura la salvación eterna, sino que también trae bendiciones en esta vida. Sin embargo, también debemos advertir sobre los peligros de la infidelidad y la apostasía. Pensemos en la historia de Ruth. Su decisión de seguir “al Dios de Noemí” no solo le trajo salvación espiritual, sino también provisión material y un lugar en el linaje del Mesías. Este relato ilustra cómo la fidelidad a Dios puede traer bendiciones inesperadas y de largo alcance.

 

Estos tres pilares nos proporcionan un marco sólido para nuestro enfoque misionero, pero ¿cómo los aplicamos en un mundo que está cambiando aceleradamente?

 

Primero, debemos reconocer que somos una generación puente. Moisés hablaba a una generación que no había experimentado directamente el Éxodo, nosotros hablamos a una generación que no ha vivido los grandes avivamientos del pasado. Nuestra tarea es conectar el rico legado de nuestra fe con los desafíos contemporáneos. Para un joven criado en la era digital, bombardeado por exceso de información, videos cortos, inteligencia artificial generativa y demás. Nuestro mensaje debe ser tan relevante y atractivo como las tendencias en redes sociales, pero con la profundidad y la verdad eterna del evangelio. Debemos ser como el escriba instruido del que habló Jesús, “que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas” (Mateo 13:52).

 

Segundo, debemos guiarles a vivir en comunidad. El pacto en Deuteronomio no era individual, sino con todos. En una era de creciente aislamiento y soledad, nuestras misiones deben ofrecer no solo un mensaje, sino una familia espiritual. Consideremos la imagen de un refugiado en un país extraño, sin conexiones ni apoyo. Nuestra misión no es solo predicarle, sino invitarlo a una comunidad que refleje el amor y la acogida de Cristo. Como la iglesia primitiva en Hechos, debemos ser conocidos por nuestro amor y unidad.

 

 

Tercero, debemos ser embajadores de esperanza. El mundo enfrenta crisis aparentemente insuperables: cambio climático, desigualdad económica, conflictos globales. El mensaje del pacto renovado en Deuteronomio es un mensaje de esperanza: Dios es fiel y cumplirá sus promesas. Ya sea que comuniquemos el mensaje a una madre soltera luchando para llegar a fin de mes, a un adicto buscando libertad o a una persona sumida en depresión. Nuestro mensaje debe ser como un faro de esperanza, proclamando que el Dios que liberó a Israel de Egipto puede traer liberación y restauración hoy.

 

Definitivamente, somos herederos de un pacto eterno, encargados de transmitirlo a una nueva generación. Como puentes de fe, nuestro mensaje debe estar arraigado en la historia de la salvación, centrado en la obediencia a Dios y lleno de la promesa de sus bendiciones. Parados en la frontera entre lo viejo y lo nuevo, proclamemos fielmente las verdades eternas de Dios a una generación que anhela dirección y propósito. Que nuestras vidas y nuestras palabras transmitan el amor y la fidelidad de Dios en cada rincón de nuestro mundo. Porque en cada corazón tocado, en cada vida transformada, veremos el cumplimiento de las promesas de Dios y un anticipo de su reino venidero. La misión continúa. Nosotros, por la gracia de Dios, somos los portadores de este mensaje para nuestra generación y las venideras.

 

 

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Esta serie semanal titulada Su bendita Palabra me impulsa está diseñada para descubrir que el plan de Dios para ti es evidente desde el Génesis hasta el Apocalipsis.

 

Angel Guerrero.

Ministerio Palabra Viva.

Tema 19, lunes 19 de agosto, 2024.

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